Aun Weor
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25 de febrero 1952
Lo que eran los Espiritualistas del Siglo XX Hoy, 25 de Febrero de 1952, he estado meditando profundamente en el sentido
esotérico que encierra el Capítulo 11 del Apocalipsis: “Y me fue dada una caña
semejante a una vara, y se me dijo: Levántate y mide el Templo de Dios, y el
altar y a los que adoran en él” (Apocalipsis 11:1). Qué sabio resulta este versículo cuando pienso en que ese templo de Dios, o
mejor dijera de “mi Dios”, lo va construyendo uno dentro de sus propios mundos
internos, conforme el fuego del Kundalini va subiendo por el centro de la caña
semejante a una vara (la columna espinal). Realmente el templo del Íntimo hay
que medirlo con una caña. Es maravilloso ver en los mundos internos cómo va uno levantando su templo,
conforme el fuego sagrado va subiendo cañón por cañón, a lo largo de esa caña
de nuestra columna espinal. La cúpula del templo queda concluida cuando el
fuego llega a la glándula pineal, Ojo de Diamante, o centro de la polividencia,
donde reside el loto esplendoroso de los mil pétalos que resplandece como la
aureola de todos los cristificados sobre sus cabezas. Aquello de “los dos testigos”, también me parece muy interesante. Estos dos
testigos son los cordones nerviosos llamados por los hindúes Idá y
Pingalá. Estos dos cordones se relacionan con los ganglios, y por ellos
ascienden los átomos solares y lunares de nuestro sistema seminal. “Estas son las dos olivas y los dos candeleros que están delante del Dios de
la tierra. Y, si alguno les quisiera dañar, sale fuego de la boca de ellos y devora a
sus enemigos; y, si alguno les quisiera hacer daño, es necesario que él sea así
muerto. Estos tienen potestad de cerrar el cielo, que no llueva en los días de su
profecía, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre y para
herir la tierra con toda plaga cuantas veces quisieren” (Apocalipsis 11:4-6). Cuando comprendamos que el fuego sagrado se despierta con el contacto de los
átomos solares y lunares de nuestros “dos testigos” (los dos cordones
ganglionares), y que la espada flamígera es nuestro mismo Kundalini, entonces
entendemos el significado de estos versículos. Realmente, la espada tiene poder contra los átomos del enemigo secreto y
contra las potencias del mal. Cuando el profeta recibe su espada de justicia, adquiere poder sobre toda la
Naturaleza. Los Señores de la justicia, tienen el poder de castigar el
mundo. En el Edén todos los seres humanos tenían despierto el Kundalini, y la
Naturaleza los obedecía; pero, cuando el hombre se entregó a la lujuria, sus dos testigos pasaron por una muerte mística, y el hombre perdió la espada y fue
echado del Edén. Los versículos 7-10 del mismo capítulo 11 están dedicados a cantar
ese conocimiento. “Y cuando ellos hubieren acabado su testimonio, la bestia que sube del
Abismo, hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará. Y sus cuerpos serán echados en las plazas de la gran ciudad que
espiritualmente es llamada Sodoma y Gomorra, donde también nuestro Señor fue
crucificado” (Apocalipsis, 11:7-8). Sodoma es fornicación, por la cual nuestro Cristo, el “Astral”, está
crucificado, y la gran ciudad es Babilonia la grande, la corrompida
civilización en que vivimos. Sin embargo, nuestros “dos testigos” resucitarán, y el hombre se transformará
en ángel, y adquirirá nuevamente sus antiguos poderes. “Y, después de tres días y medio, el espíritu de vida enviado de Dios entró
en ellos y se alzaron sobre sus pies, y vino gran temor sobre los que los
vieron” (Apocalipsis 11:11). Los tres días y medio corresponden al tercer grado del poder del fuego, y a
la tercera Iniciación de Misterios Mayores. Al llegar a la tercera gran
Iniciación, el astral, o Crestos mediador, adquiere todos sus poderes perdidos.
(Resucita al tercer día de entre los muertos). “Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su testamento fue
vista en su templo, y fueron hechos relámpagos y voces y truenos y terremotos
y grande granizo” (Apocalipsis 11:19). Éstas han sido hoy mis meditaciones, y pienso así: ¡Qué necios son los
hombres! Si ellos supieran lo que pierden cuando van a fornicar, en lugar de
ir riendo, irían llorando. Aquí en Ciénaga, el día ha estado bien cálido. Las gentes parecen locas,
entregadas al carnaval. Esta época de carnavales es diabólica. Las gentes dan rienda suelta a sus
apetitos más brutales. Estuve en casa de un amigo y le recomendé cierta forma
de “amonestación” para ayudar a un discípulo traidor, que fue expulsado de la
Logia Blanca y hora está en el Avitchi. El pobre “Judas”, perdió todo por la ira y entró al Avitchi. La ira,
la lujuria y la codicia son las tres puertas por donde se entra al
Abismo. El Avitchi es un “estado” de conciencia al que se puede ingresar en
vida. Mi amigo ingresó a ese lamentable “estado” de conciencia, y, aunque
todavía está encarnado, su Yo inferior ya es un habitante del Avitchi. Este
caso es muy doloroso. Su Íntimo o Yo superior ya desencarnó, y sólo queda
animando al vehículo el Yo inferior. El Yo divino de todo aquel que entra al
Abismo, desencarna. ¡Qué triste es esto![1] En estos días estoy encerrando en el Abismo a millones de almas demoníacas.
Realmente la misión que a mí, Aun Weor, me ha tocado, es terrible. Larga ha sido mi conferencia con mi discípulo “Juan”; le expliqué que toda
la sabiduría de Juan el Bautista está encerrada dentro del cuerpo etérico del
hombre. También le expliqué sobre el degollamiento de Juan Bautista. Ese
degollamiento simbólico pertenece al primer cañón o vértebra cervical de la
cabeza, situada en la nuca. Cuando el segundo grado de poder del fuego, o Kundalini del cuerpo etérico (porque cada uno de los siete cuerpos tiene su Kundalini), ha llegado allí,
entonces el Iniciado pasa por la simbólica decapitación de Juan Bautista;
cambia su mente terrenal por una mente etérica y celestial; le deja a Salomé
(la humanidad) su cabeza inmunda para que dance con ella delante del rey
Herodes (el mundo), y el Iniciado asume una nueva mente, una mente celestial y
divina. ¡Qué grandioso es esto! ¡Lástima que la humanidad no entienda estas
cosas!... El sol del mediodía ha estado muy cálido. Las calles están llenas de gentes
disfrazadas. La gente está loca de placeres. ¡Pobre gente! También le expliqué a “Juan” el sentido esotérico de por qué Cristo dijo que
él podía destruir el templo de Dios y en tres días reconstruirlo. Y le
expliqué también por qué los dos testigos del Apocalipsis resucitaron a los tres
días y medio, y por qué Cristo resucitó a los tres días de entre los muertos. “Juan” es un discípulo muy fiel, y me escucha con sincera devoción. Nuestro cuerpo astral es nuestro Crestos, y cuando el tercer grado de
poder del fuego, o Kundalini del cuerpo astral, ha llegado a la glándula pineal,
entonces el cuerpo astral queda hecho todo un sol resplandeciente, y todos los
chacras resplandecen con resplandor indescriptible. El cuerpo astral queda
hecho entonces a la imagen y semejanza del divino Rabí de Galilea; queda
cristificado y estigmatizado; adquiere los antiguos poderes que tenía en el
Edén (resucita). Esta es la tercera Iniciación de Misterios Mayores, y por ello
Cristo y los dos testigos del Apocalipsis resucitaron al tercer día de entre
los muertos. Y en cuanto a lo del templo, esto es muy interesante. Ciertamente
el Iniciado levanta en el plano astral un templo para que oficie el Íntimo. Y
ese templo esta terminado al tercer día, es decir, cuando ya el Iniciado recibe
la tercera Iniciación de Misterios Mayores. Nosotros destruimos ese templo en el pasado y ahora nos toca construirlo
nuevamente con el tercer grado de poder del fuego. Esto es el significado de
por qué Cristo dijo que él podía destruir el templo de Dios, y en tres días
reconstruirlo nuevamente. Cuando nuestro Crestos resucita con la tercera Iniciación de Misterios
Mayores, nos volvemos omniscientes y omnipotentes, y todos los luminosos poderes
del cuerpo astral entran en plena actividad. Realmente los cuerpos astrales de los “muertos vivientes” son tan fríos como
la muerte, tan helados como los cadáveres. Muertos vivientes son todos aquellos que aún no se han fusionado con el
Íntimo. Los Maestros somos llamas de fuego ardiente, y nuestros cuerpos
astrales son ígneos... Hoy 27 he estado meditando también en las alas ígneas. Yo creía que las alas
de los ángeles era asunto puramente pictórico, pero ya mi concepto cambió ante
los hechos reales del mundo astral. Ciertamente, cuando el fuego sagrado del
cuerpo astral ha llegado a las vértebras o cañones del cuerpo astral
relacionadas con los chacras pulmonares, el Iniciado recibe las “alas
ígneas”; y realmente recibe un par de alas pequeñas que lo caracterizan como un
ángel. Entonces se le dan enseñanzas especiales al adepto, relacionadas con el
funcionamiento y movimiento del cuerpo astral. También se le enseña al Iniciado a conocer la diferencia existente entre los
hombres de temperamento eléctrico, y los hombres de temperamento magnético,
etc. El poder de las alas ígneas es muy interesante. Es una belleza el cuerpo astral de un cristificado; la herida de su costado
es honda y profunda, y sus estigmas de pies, manos, sitios de la flagelación, y
corona de espinas, le dan al cuerpo astral esa divina belleza del Mártir del
Gólgota. El fuego del Kundalini tiene que subir a través de 33 cañones relacionados
con 33 cámaras sagradas del mundo astral. En cada cámara se vive una fiesta; éstas son las fiestas de los templos y
las fiestas de los dioses. El fuego sagrado sube practicando magia sexual y viviendo una vida santa.
A través de esfuerzos supremos de magia sexual, vamos atravesando triunfantes
cada una de las 33 cámaras de la Gran Logia Masónica del plano astral. He estado comentando con mi esposa-sacerdotisa la obra de Miguel. Realmente
detrás de esta gigantesca misión que se me ha encomendado, cual es meter en el
Avitchi a millones de almas perversas, está Miguel, el gran príncipe de los
Hijos de la Luz y los grandes Logos Planetarios. Miguel dirige, y yo ejecuto
las órdenes que recibo directamente de mi Padre Samael. Ciertamente hay dos clases de Maestros: los que dirigen y los que dominan.
En el pasado, Miguel combatió personalmente contra los demonios; ahora dirige,
como un gran arquitecto, la obra que yo, Aun Weor, estoy realizando. A través del tiempo se elevó Miguel de dominador a dirigente. Daniel, el
profeta de Dios, ya había profetizado esto en los siguientes versículos
bíblicos. “Y en aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está por los
hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia cual nunca fue después que hubo
gente hasta entonces; más en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los
que se hallaren escritos en el libro” (Daniel 12:11). Ese pueblo libertado es el pueblo de la luz, la humanidad buena, que está
escrita en el libro de la vida. Y luego, hablando Daniel de la selección del personal, y del Avitchi, dice
lo siguiente: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra, serán despertados,
unos para la vida eterna y otros para vergüenza y confusión perpetua”. (Daniel, 12:2). Todo el capítulo 12 de Daniel se refiere a esto mismo. Actualmente están entrando millones de almas al Abismo; esto es espantoso,
esto es terrible. Realmente la evolución humana fracasó, y sólo un puñado de
almas selectas lograrán fusionarse con sus Íntimos para entrar en el reino
angélico. Estas profecías de Daniel se están cumpliendo en estos instantes en
forma terrible, y millones de seres humanos, encarnados y desencarnados, están
entrando al Abismo. Todo esto lo he estado conferenciando con mi
esposa-sacerdotisa, de sobremesa después de la comida. La brisa del mar agita fuertemente algunas palmas de coco, y el mar ruge
fuertemente en esta costa del Atlántico donde vivimos felices. Una nueva mañana llena de niebla en las playas de este mar inmenso y
dilatado. Mi esposa prepara el desayuno y Osiris, mi hijo, se pelea con su pequeña
hermana Isis de cinco años de edad, por algunas frutas silvestres. ¡Qué
bellos son los niños! He estado comentando con mi esposa-sacerdotisa algo sobre el templo de los
maestros del “rayo de la fuerza”. Realmente, el discípulo no preparado sentiría
un terror indecible al entrar en el templo del rayo de la fuerza. Todos los
maestros del rayo de la fuerza asistimos a ese templo en cuerpo astral; allí
sólo reina el terror de la fuerza y el imperio del amor. ¡Qué terrible es ese
templo! Las fuerzas que allí entran en actividad son espantosas. Todos los
maestros de ese templo son verdaderos veteranos de la batalla de la vida; en
sus rostros se notan las huellas dolorosas de la terrible lucha por el pan de
cada día; en todos ellos se ven claramente las huellas dolorosas de la batalla
terrible por la subsistencia diaria. Todos ellos se han hecho maestros luchando
en la gran batalla por la existencia. ¡Qué dura realidad es ésta! Aquí, en este templo de la fuerza, no veo a ningún pietista. ¿Qué se hicieron
los teosofistas? ¿Dónde están los sublimes teorizantes del Rosacrucismo? ¿Qué
se hicieron todos esos “loros” de las escuelas espiritualistas, que tanto
hablaban y hablaban? ¿Dónde están? En este templo sólo veo guerreros de la vida, hombres veteranos de la gran
batalla, rostros que revelan haber sufrido mucho en el plano físico... Aquí en
este templo no hay teorizantes; aquí no veo a esos ampulosos espiritualistas
que en el plano físico hablaban tan bonito. Aquí lo que veo son crudas
realidades y maestros de rostros sufridos... Me he sentado a conversar con uno
de ellos que parece un mendicante. Los superiores le amonestaron severamente para que en el plano físico se
arregle y se vista con más decoro, pues no está bien que un maestro ande con
los zapatos rotos y con traje sucio. El maestro debe vestirse siempre
decorosamente, y vivir pulcramente vestido de acuerdo con la época y el medio
ambiente en que le toca trabajar. Todo lo que se hace en el plano físico repercute en el astral, y, si en el
plano físico andamos como indigentes, así nos veremos y nos verán los demás en
el plano astral. Así, pues, debemos tener cuidado con nuestras personas. Cuando Cristo venga en la edad de Acuario, nacerá como un hombre entre los
hombres, y se vestirá y arreglará de acuerdo con la moda de la época. Se equivocan aquellos que piensan que él tendrá que presentarse de acuerdo
con la moda de la antigua Jerusalén. Sólo se sabrá que es el Cristo por sus
obras, por sus hechos, pues el árbol se conoce por sus frutos. La venida del Cristo se necesita para que nos explique y aclare bien la
doctrina que él nos enseñó, y que todas las sectas religiosas han desfigurado
totalmente. Cuando Él venga, ya no habrá malvados, porque todos los malvados de
esta época ya habrán caído en el Abismo. Cristo vendrá en Acuario, y en ese
entonces sólo habrá sobre la tierra gente buena. Otro comentario que hacíamos con mi esposa-sacerdotisa después del desayuno,
y en momentos en que ella se preparaba para ir a comprar comestibles al
mercado, se relacionaba con la magia-sexual. Ciertos perversos demonios tentadores del astral me “tentaron” anoche con el
culto fálico tenebroso que enseña Cherenzi en su libro titulado «El Kundalini»
o «La Serpiente Ígnea de Nuestros Mágicos Poderes». Dichos demonios llevaban
cuernos sobre la frente y me hablaban en los siguientes términos: “Así como vos practicáis magia-sexual está muy mal; vos podéis derramar el
semen y siempre sube vuestro Kundalini”. Así hablaron los demonios tentadores y
yo les contesté en la siguiente forma: “Hacedlo vosotros así, pero yo sigo mis
prácticas como voy, porque soy miembro de la Logia Blanca”. Los demonios se retiraron entonces vencidos. Quisieron hacerme caer y se
equivocaron, como se equivocó Jahvéh con Cristo. El Abismo está lleno, de equivocados. La Naturaleza es muy sabia, y, si bien
es cierto que puso en el hombre canales seminíferos para eyacular o expulsar el
semen, a fin de que el hombre pudiera reproducir su especie y hacer su
aprendizaje de hombre entre los hombres, también es cierto y muy cierto que la
Naturaleza puso alrededor de la columna espinal sus dos canales espermáticos
para que el hombre pudiera hacer subir su semen hacia arriba, hacia la cabeza,
a fin de que pudiera hacer su aprendizaje de ángel. Estos dos canales espermáticos son los “dos testigos” del Apocalipsis, las
dos olivas, y los dos candeleros delante del trono de Dios (el Íntimo). Cuando estos dos testigos resucitan, el hombre se hace ángel. Nosotros, los
magos blancos, también gozamos la hembra, pero la gozamos sabiamente sin
perjudicarnos. Nosotros introducimos el miembro en la vagina de la mujer y, en
lugar de expulsar el semen, lo hacemos subir hacia arriba, hacia la cabeza,
retirándonos a tiempo antes del espasmo, para evitar el derrame de esa
sustancia maravillosa de nuestro semen cristónico. El deseo refrenado hace subir nuestra energía seminal por los canales
espermáticos hasta la cabeza o cáliz sagrado del Iniciado. Así es cómo
despertamos nuestro Kundalini y nos convertimos en ángeles. Ya nosotros nos
cansamos de ser burros de reproducción, y a través de tantas millonadas de años
ya hicimos nuestro aprendizaje de hombre. Ahora queremos algo mejor, queremos
hacer nuestro aprendizaje de ángeles, queremos ser ángeles, y la madre
Naturaleza es tan sabia, que nos dio nuestros dos candeleros para que los
encendamos delante del trono de Dios (el Íntimo). Creo que ya los humanos hemos sufrido demasiado, y que tenemos derecho a
ser ángeles. ¡Queremos la felicidad! ¡Necesitamos ser ángeles dichosos y felices!
¡No más dolor! ¡No más amargura! ¡Venga la felicidad!.... Que forniquen los demonios, que despierten su Kundalini negativamente, que
forniquen los cherencistas si así les place; pero nosotros, los miembros de la
Logia Blanca, jamás, nunca jamás ni fornicamos ni fornicaremos, porque
nosotros seguimos el sendero de la santidad y de la castidad perfectas. Hoy he estado meditando en el misterio del Bafometo. Anoche recibí cierto grado secreto, y las fiestas de los templos fueron
solemnes con tal motivo. Lo curioso de tal caso fue que los magos negros,
llenos de odio, comentaban lo de mi grado diciendo que yo estaba “robándoles a
ellos”. Y realmente, espada en mano, me ha tocado combatirlos para arrancarles los
grados esotéricos de mi columna espinal. El cielo se toma por asalto. Hay que
arrancarle la luz a las tinieblas. La sabiduría se elabora con la sapiencia del
pecado y el vértigo del Absoluto. La rosa elabora su perfume con el lodo de la
tierra. Así, pues, el misterio del Bafometo es un misterio de Alquimia. Entre los
cuernos del diablo brilla la antorcha del verbo. Hay que robarle al diablo el
fuego del cielo, porque el diablo es “Dios a la inversa”. El misterio del Bafometo está representado por el macho cabrío de Mendes.
La antorcha colocada entre los dos cuernos del Bafometo es el verbo de la
vida, es el fuego sagrado que tenemos que robárselo al diablo, aprendiendo a
gozar la mujer sin derramar el semen. Es el fuego del Kundalini, cuyos “grados” tenemos que robárselos a los magos
negros, aunque nos califiquen de ladrones. Este es el misterio del Bafometo. De
las tinieblas sale la luz y el Cosmos sale del Caos. El Bafometo es un diablo con una estrella de cinco puntas en su frente. Tiene senos de mujer, un brazo es de varón y otro de hembra. Con una mano
señala hacia la luna blanca y con otra hacia la luna negra. El bajo vientre
está velado, y los órganos sexuales están expresados por el Caduceo de
Mercurio. La cara del Bafometo es la de un macho cabrío. El cuadro del Bafometo
encierra el secreto de la magia sexual. La estrella de cinco puntas sobre el
entrecejo del Bafometo es el Ojo de Brahma, es la clarividencia de los
clarividentes, que es el Íntimo. Cuando el alma se fusiona con el Íntimo, brilla la estrella de cinco puntas
sobre su frente; y la unión con el Íntimo sólo se consigue aprendiendo a gozar de la mujer sin derramar el semen. Así se le roba la antorcha de fuego al
Bafometo, así se le roba el fuego al diablo. Porque al conectarnos sexualmente
con la mujer, nos llenamos del fuego terrible de la pasión carnal, y entonces,
reteniendo el semen y dominando la pasión, le robamos el fuego al diablo y nos
convertimos en ángeles. Éste es el misterio del Bafometo. Éste es el oculto
significado del macho cabrío de Mendes. El fuego hay que robárselo al diablo, y por ello es que el diablo vive entre
el fuego. Ayer había pensado embarcarme en una lancha para Barranquilla, y no pude
porque mi hija pequeña Hypatía enfermó. A mí me ha preocupado esto un poco,
porque necesito conferenciar en Barranquilla con muchos hermanos
espiritualistas, pero, si quiero cumplir bien mis deberes para con la humanidad,
tengo que empezar por cumplir bien los deberes de mi hogar. Hay un proverbio vulgar que dice “La ley entra por casa”. Ésa es la ley, y
el que no sabe cumplir con los deberes de su casa, mucho menos los sabrá cumplir
para con la humanidad y para con el Cosmos. ¿Qué se diría de un maestro que se va de viaje dejando un hijo enfermo?. En el
pasado engendré mis hijos antes de lograr la alta Iniciación; hoy ya quedé
totalmente prohibido de volver a engendrar hijos. Sin embargo, hoy mi hogar
debe servir de buen ejemplo para con mis conciudadanos, pues un maestro debe
ser un ciudadano ejemplar. Aun Weor es ya un ángel; Aun Weor es mi verdadero ser; Aun Weor es mi real ser Así, pues, mi humilde persona tiene que ser un ciudadano ejemplar, pues es el
bodhisattva de un maestro. Así pues, soy hombre y soy ángel. Mi ángel trabaja
en el Cosmos, es el jinete del capítulo XIX del Apocalipsis, y yo, su
bodhisattva, vivo como un hombre entre los hombres. Este es el misterio de la
doble personalidad, uno de los misterios más grandes del ocultismo. El
bodhisattva de un maestro está hecho de todos los extractos anímicos, ígneos y
etéricos, que vienen a ser algo así como el substractum de los cuerpos
inferiores. El bodhisattva viene a ser el alma humana del maestro. Nosotros tenemos dos
almas, una divina y otra humana. El alma divina es el alma-espíritu o cuerpo
búddhico del maestro; y el alma-humana es el extracto anímico etérico e ígneo
del cuerpo causal del hombre, junto con los extractos anímicos de los vehículos
inferiores. En síntesis, podría decir que todos estos extractos anímicos del alma humana,
expresándose a través de los cuerpos mental, astral y etérico, es lo que
llamamos el bodhisattva de un maestro, el cual vive como un hombre entre los
hombres cuando está encarnado en un cuerpo físico. Así se dice que Buddha,
después de haber entrado al Nirvana, envió a su bodhisattva para que terminara
su obra, y su bodhisattva terminó la obra o la maravilla, bajo la dirección de
un instructor interno llamado Sankaracharya. Sankara era un rayo de la luz
primitiva, era una llama. Así pues, mi humilde persona que nada vale es tan sólo el bodhisattva del
maestro de la Fraternidad Blanca Aun Weor, y, como es lógico, debo ser un
buen ciudadano cumplidor de mis deberes. Así he estado meditando hoy, 2 de Marzo de 1952, dentro de esta humilde
choza donde vivo, a la orilla del mar Caribe; y, mientras escribo, oigo el rugido
de la mar lanzando sus incansables zarpazos a la playa. ¡Qué mar tan tenaz! No
se cansa de golpear la playa; y al fin su tenacidad triunfará cuando se haya
tragado estos continentes donde vive la raza Aria, y la humanidad de la Luz
habitará una isla del Sur del Pacífico, y al fin todos los bodhisattvas nos
absorberemos totalmente dentro del Íntimo para entrar en esa dicha inefable del
Nirvana. Nuestro ritual Gnóstico dice “Brindad sí, brindad a Nut; a Nut, la
voluptuosidad”. La voluptuosidad sexual-amorosa tiene su nombre mántrico, que
es “Nut”. La voluptuosidad sexual es indescriptible, es el Abraxas de nosotros, los
Gnósticos, es el fuego de la vida, es Nut, el poder grandioso que nos
despierta el Kundalini y nos convierte en dioses, es aquel goce solemne de la
conexión sexual. El goce de Nut es el hálito de Dios, y por ello nunca puede ser malo. El
goce sexual de Nut es un goce legítimo del hombre; pero hay que aprender a
brindar a Nut sin perjudicarnos. Nuestra divisa es Thelema. Esta palabra es el nombre mántrico de la voluntad. “Si vais a donde la
mujer, no olvidéis el látigo” –exclama Federico Nietzsche–. Ese látigo es el
látigo de la voluntad; ese es el látigo que nos permite dominar la bestia y
gozar de Nut sin perjudicarnos. Nut nos convierte en dioses; por ello, el
maestro, levantando el cáliz, exclama: “Seidad todopoderosa, Seidad cósmica, tú
cuyo brillo alumbra a los mundos, tú que eres el hálito que hace temblar y
estremecer a todo con el signo de la cruz, yo te conjuro, gran ser, para que
aparezcas sobre tu trono del globo solar. Abre, pues, el camino de la puerta de la creación, y traza un sendero de
relación entre nosotros, y tu luz alumbre nuestro entendimiento, anime nuestro
corazón; deja que tu resplandor alumbre, inflame nuestra sangre para lograr
nuestra encarnación”. Así es cómo canta el maestro a Nut, la voluptuosidad. Todo el secreto reside en conectarse sexualmente con la mujer y retirarse
sin derramar el semen. Esto es el secreto solemne de Nut, esto es invocar a
Isis en la flama de la serpiente. Por ello Isis exclama así: “Podrás venir
a mi pecho y gozar dejando un rastro de incienso extendido; debes dar todo,
absolutamente todo, por un solo beso mío”. Y el maestro contesta a Isis así:
“Tú también debes dar todo por un solo beso mío”; y termina el guardián,
símbolo de la fuerza de la voluntad, exclamando: “Pero a aquel que en la gloria
de este momento diese polvo, todo le será negado, todo para él será
perdido”. Así pues, fuerza de voluntad para gozar a Isis sin derramar el semen, eso
es todo. Nuestra divisa es Thelema (voluntad). Invoquemos al fuego, adoremos al fuego de Nut exclamando ¡Abraxas,
Abraxas, Abraxas! Y no olvidemos que en el fuego de Nut está nuestra
redención. Y diariamente llamad a los maestros con los siguientes mantrams del
ritual: E. U. O. E. E. U. O. E. E. U. O. E. I. A. O. Sabaoth. Kirie Abraxas. Kirie Mitras. Kirie Phalle. E. U. O. E. Kirie Phalle. E. U. O. E. Pan. E. U. O. E. Ischyrion. E. U. O. E. Athánaton. E. U. O. E. Ábroton. E. U. O. E. Chaire Phalle. I. A. O. Estos mantrams vocalizadlos después de practicar magia sexual, para invocar
a los maestros, pidiendo que os ayuden a despertar el Kundalini, y los maestros
vendrán y os ayudarán. Después de una noche de navegación, regresé de Barranquilla. En esa ciudad
dicté algunas conferencias esotéricas a los hermanos espiritualistas. ¡Pobres
seres! Realmente no me pesa llamarlos “loros” espiritualistas. Esas gentes no
saben nada; en el fondo no son sino pobres teorizantes, llenos de teorías y más
teorías, pero no saben realmente nada. Todos ellos se sienten maestros.
Tienen una vanidad y un orgullo desconcertantes, y se pasan las horas enteras
hablando como loros, loros sin realizar. Conozco allí hombres altamente
intelectuales, que en el fondo realmente son verdaderos burros intelectuales;
jamás han tenido ni siquiera una ráfaga de clarividencia, y aguardan morir para
ver y palpar los mundos internos, y sin embargo dizque son grandes
espiritualistas, y se pasean en los salones de conferencias con aire
majestuoso, fingiendo una fraternidad que jamás han sentido, Esos son los
hermanos espiritualistas... Yo conozco seres más sencillos; yo conozco verdaderos Iniciados que trabajan
directamente bajo la dirección del sagrado Colegio de Iniciados de la
Fraternidad Blanca, dentro de los mundos suprasensibles, y sin embargo son
totalmente analfabetos. Yo conozco verdaderos iluminados que saben entrar a los mundos infiernos
cada vez que quieren, y sin embargo en el plano físico jamás han leído un solo
libro de espiritualismo, no tienen teorías en la cabeza, y están millones de
veces más adelantados que esos famosos “loros de jaula” espiritualistas. Yo estoy convencido de que las teorías no hacen sino romperle los poderes
ocultos al hombre; en la práctica lo he podido comprobar. A muchos les he
estado enseñando la práctica del desdoblamiento astral, y aquellos que no
habían falseado su mente con tantas teorías, pudieron fácilmente aprender a
entrar y salir de su cuerpo físico a voluntad; pero a los loros espiritualistas
aquello les ha parecido dificilísimo, porque ellos han falseado sus mentes
con las necedades del intelecto; ellos han roto sus cuerpos mentales y han
perdido todos sus poderes. Yo he visto que el intelectualismo vampiriza, succiona y absorbe todas
las fuerzas anímicas del Ser, y así es cómo me explico que los “loros”
espiritualistas no tengan fuerzas suficientes como para salir conscientemente
en cuerpo astral. Es realmente lamentable el estado de esos seres. Yo les he
estado hablando, pero no me entienden. Tienen la mente tan petrificada entre
el cerebro, que, cuando un Adepto verdadero les habla, sencillamente lo
califican de fantástico e iluso, pues la mente de un Adepto escapa a ese crudo
materialismo a que ellos están tan sometidos, y como no pueden entenderlo
resuelven más bien criticarlo y hasta ridiculizarlo. Ese es el estado de
comprensión de esos pobres “loros” espiritualistas. Las escuelas espiritualistas son totalmente intelectuales. Dentro de esas
escuelas, la mente humana resuelve divorciarse del Íntimo para encerrarse
dentro de las teorías. Por ello afirmo: en este siglo XX todas las escuelas
espiritualistas son negras. Negro es todo lo que se divorcie del Íntimo. En el remoto pasado existieron
en el mundo físico auténticas escuelas de misterios, pero hoy esas escuelas de
instrucción interna hay que buscarlas dentro de nuestro universo interior. Las actuales escuelas espiritualistas del mundo físico son todas,
absolutamente todas, antros de magia negra. Ahora andan en Barranquilla con
otra escuela más. Unos “avispados” de Caracas resolvieron fundar una escuela
más, llamada “Orden de Acuario”, y parece que el negocio les está
resultando... ya tienen terrenos, propiedades, etc., en algunos países.
Hablan de un tal Ferrière, al que presentan como un Avatara, y, como es lógico,
están reclutando incautos para engordar más la vaca. Sin embargo los loros del espiritualismo cubren sus debilidades con
aquella afirmación ya tan parroquiana de que ellos necesitan de esas escuelas
dizque para aprender las primeras letras. ¡Qué necios! Han pasado veinte
siglos desde que el Cristo vino a la tierra y todavía no han aprendido las
primeras letras... Estos necios están creyendo que pueden burlarse impunemente
de la Santa Doctrina del Nazareno. Estos necios están creyendo que aprendiendo
teorías es cómo se van a liberar. No quieren darse cuenta esos estultos, de
aquella máxima del Cristo que dice así: “Buscad primero el reino de Dios y su
justicia, que todo lo demás se os dará por añadidura”. ¿Cuál de esos necios ha cumplido siquiera el primer Mandamiento de la Ley de
Dios: “Amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo”?. ¿Cuál de esos “eunucos” del entendimiento es capaz de besar el látigo del
verdugo? ¿Cuál de ellos cumple el sexto Mandamiento de la ley de Dios, que dice “No
Fornicar”? ¡Necios, estultos! ¿Cuál de vosotros ha llegado a la perfecta castidad? ¿Estáis creyendo vosotros que podéis reemplazar la ley de Dios con las
teorías y las cuotas de vuestras tenebrosas escuelas? ¡Cretinos! ¿No sabéis vosotros que sois templo del Eterno Dios viviente, y
que el Altísimo mora en vuestro corazón? ¿Hasta cuándo se os está diciendo que Dios está dentro de vuestro
corazón?... ¿Hasta cuándo? Se os enseñó el «Padre Nuestro» precisamente para que aprendierais a conversar
con vuestro Dios interior, y, sin embargo, andáis buscando subterfugios dentro de
las escuelas. ¡Qué necios sois! ¿Creéis vosotros acaso que vosotros podéis saber más que Dios? Si vosotros
comprendierais el poder mágico del «Padre Nuestro»... Si vosotros entendierais lo
que significa esa gran dádiva de Dios, entonces diríais “Dadme de beber, Señor,
dadme de beber”. Y Dios os daría de beber de esa fuente de vida eterna, y el que bebe de esa
fuente nunca volverá a tener sed. Un «Padre Nuestro» bien orado gasta lo menos
una hora. Hay que cerrar los ojos y apartar la mente de las cosas externas,
adormecerse un poquito, y luego enfocar la mente en el Íntimo, amando al
Íntimo, adorando al Íntimo, y meditando profundamente en cada palabra del
«Padre Nuestro», en su contenido conceptual, como conversando familiarmente con
el Padre, que es el Íntimo, el Bienamado, que reside dentro, muy
dentro, en las profundidades de nuestro corazón. Así es cómo podemos conversar con el Maestro Interno, y, después de cierto
tiempo, oiremos su voz y veremos su rostro, y él nos enseñará la profunda
sabiduría divina. Entonces, ¿para qué escuelas? El Maestro está dentro y nos
llama. Purifiquémonos, hermanos míos, para que el Maestro pueda enseñarnos. No
andéis buscando escapatorias; practicad las enseñanzas del Nazareno y
habréis resuelto todos vuestros problemas. Hoy fui visitado por un campesino de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Estuve conversando con ese hombre humilde, y me alegró inmensamente la
sencillez y comprensión de ese campesino. El hombre conoce nuestra obra
titulada «La Revolución de Bel» y la ha entendido muy bien. Es un humilde campesino, pero supera completamente a tantos y tantos loros
que leen y leen y no realizan nada. La Sierra Nevada de Santa Marta es un verdadero baluarte del espiritualismo
colombiano. Una hermana espiritualista comentaba hoy algo sobre la transmutación del
plomo en oro. En Barranquilla hubo algunos ingenuos que creyeron al pie de la
letra en un determinado caballero. Dicho señor dizque era un alquimista que
sabía hacer oro. Lo curioso del caso es que algunos mentecatos le creyeron a
pie puntillas todo lo que él decía, pero se quedaron aguardando el codiciado
metal. ¡Esa es la humanidad! En la Sierra Nevada de Santa Marta, detrás de la cuchilla de los páramos, sí
existen algunos indios Iniciados que saben hacer oro, pero ese secreto lo
tienen muy bien guardado en sus misterios mayas, y jamás lo sabrán los
profanos. Ellos elaboran el oro con una planta; mezclan las hojas de la planta
con saliva y así elaboran oro puro, con el cual hacen imágenes sagradas. En la Sierra Nevada existe una gran Logia Blanca del rayo maya, a la cual
pertenecen los grandes maestros indígenas. Todas estas cosas las conversaba hoy con una hermana espiritualista, hasta
el instante en que el humilde campesino de la Sierra golpeó en mi puerta. Hoy he estado pensando en un señor. Yo invité a tal caballero una noche a la
Santa Unción Gnóstica. El caballero tomó agua en lugar del vino consagrado, es
decir, dicho señor rechazó de plano la Sangre Redentora. Realmente, el árbol se conoce por sus frutos, y ese fruto es negro. Tal
caballero es un emisario de una logia negra llamada dizque “Orden de
Acuario”. Ningún mago blanco puede rechazar jamás la Sangre Redentora. Con ese acto,
el emisario de la logia negra “Acuario” cometió en pleno siglo XX la más grande
de todas las infamias, cual es, rechazar la Sangre del Mártir del Gólgota. La Santa Unción que Cristo practicó en la casa de José de Arimatea, el
senador romano, encierra un significado hondo y trascendental, cual es el de la
Transubstanciación. “Epifanía” es la ascensión de las fuerzas crísticas en el hombre. Por ello
exclamamos en nuestro ritual: “Este acto del cual doy fe simboliza la
Transubstanciación”. “Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida. El que a mí viene, nunca tendrá
hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás” (Juan, 6:35). “Y tomando el pan, habiendo dado gracias, lo partió, y les dio diciendo: Este
es mi cuerpo, que a vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. Asimismo, también el vaso, después de haber cenado, diciendo: Este vaso es
el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama” (Lucas, 22:19-20). El sacerdote en estado de éxtasis percibe la sustancia de Cristo, y luego
transmite esa misma sustancia al pan y al vino, para que las fuerzas crísticas
se desliguen de la parte material, y luego actúe sobre nuestro organismo
cristificándolo y preparándolo para nuestra redención. Cuando varias personas se reúnen alrededor de una mesa para celebrar la
Santa Unción, tal como Cristo nos la enseñó en casa de José de Arimatea, allí
está la invisible presencia del Mártir del Calvario. Porque bien claro habló el
Maestro cuando dijo: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre,
allí estoy en medio de ellos” (Mateo, 18:20). La Santa Unción debe practicarse en las casas de todos nuestros hermanos
gnósticos, y no en templos de ladrillo, piedra o cemento. Cada familia puede
practicar su Unción Gnóstica diariamente, sin necesidad de concurrir a lugares
de explotación religiosa, como son todas esas aulas rosacruces, espiritistas,
católicas, teosofistas, etc. La Santa Unción se verificará alrededor de una mesa en casa. “Y como fue
hora, sentóse a la mesa, y con él los apóstoles” (Lucas, 22:14). Así, cada hogar puede convertirse en un templo gnóstico, y el jefe de cada
familia en un sacerdote. ¡No más Logias, no más escuelas, no más sectas, no más
infamias, no más explotación! El templo está dentro de nosotros mismos, y el
sumo sacerdote es Cristo. Ya viene Acuario, la Edad de la Luz. ¡Abajo cadenas!
Él no quiere esclavos. Cuando un grupo de personas alrededor de una mesa están verificando la Santa
Unción, la ceremonia repercute en todos los siete planos de conciencia cósmica,
y abre un canal a través de los siete mundos por donde descienden las sublimes
energías del Logos Solar. Y así el pan y el vino se convierten en verdaderos
acumuladores de átomos crísticos, que, al llegar a nuestro vientre, se difunden
por todo nuestro organismo, cristificándolo y sublimizándolo para la
Iniciación. En cierta ocasión hice el siguiente estudio clarividente sobre la Santa
Unción Gnóstica. Fui llevado en espíritu al mundo exquisito del Nirvana. Allí
vi siete sublimes seres sentados alrededor de una mesa. Entre ellos había
algunas damas llenas de inefable belleza. Estos seres celebraban la Santa
Unción Gnóstica. Me senté entre ellos alrededor de una mesa. Luego descendí al
mundo búddhico; allí encontré a esos mismos seres celebrando la Santa Unción
Gnóstica; la escena disminuye ligeramente de belleza. Descendí un plano más y llegué al mundo causal. Allí también vi a esos
siete seres celebrando la Santa Unción Gnóstica; la belleza parecía disminuir
poco a poco. Descendí al mundo de la mente y al mundo astral, y, conforme fui
descendiendo, parecía disminuir más y más la luminosa majestad de esa sublime
ceremonia. Por último me asomé al mundo físico. Entonces fue cuando pude encontrar
siete personas que en carne y hueso estaban reunidas alrededor de una mesa,
practicando la Santa Unción Gnóstica. Aquella ceremonia estaba realizándose en
todos los planos cósmicos de manifestación. La ceremonia se estaba realizando dentro de una casa de familia. Entonces me
dije ¡Qué grande es esto! ¡Qué sublime! Hoy entregamos en este libro la Misa Gnóstica, para que toda familia pueda
verificar en su mesa la Santa Unción Gnóstica. Este ritual fue el mismo que
celebró Cristo en la casa de José de Arimatea, y que celebraban los apóstoles
en tiempo que el Maestro estaba encarnado con cuerpo físico. Este ritual se había conservado secreto durante veinte siglos, pero hoy lo
entregamos públicamente adaptándolo a la vida de hogar, a fin de que la familia
pueda verificar su sagrada cena dentro de su misma casa. Sobre la mesa se pondrán las copas, el pan y el vino. Se encenderán siete
luces o bujías de cera, y se verificará el ritual. La Unción comenzará con
estas palabras: Sacerdote. Me acerco al altar de Dios, que edifica la mente y enciende el esplendor de
una eterna juventud. (Sube las gradas acercándose al altar y se vuelve nuevamente a los fieles,
diciendo:) Crestos sea con vosotros. Acólito. Él ilumine tu espíritu. (Vuelto hacia el altar:) Sacerdote. Ven, oh santa palabra. Ven, oh nombre sagrado de la fuerza Crestos. Ven, oh energía sublime. Ven, oh misericordia divina. Ven, oh suprema Seidad del altísimo. (Se vuelve el Sacerdote y describe una cruz sobre la frente, otra sobre el
pecho, y finalmente un círculo de izquierda a derecha comenzando en el centro
de la frente, siguiendo por el hombro izquierdo y región del corazón para
volver por el hombro derecho a ser cerrado en el mismo lugar de comienzo). Sacerdote. Crestos sea con vosotros. Acólito. Él ilumine tu espíritu. (De cara al altar) Sacerdote. Ven tú, que descubres el velo del misterio. Ven tú, madre de los siete centros, que descansas en la armonía de la
octava. Ven tú, que eras antes que fueran los cinco sentidos. Espíritu, mente, sentimiento y razón, deja que participemos de tu santa
gracia, nosotros los nacidos más tarde. Ven Santo Aliento, inmaculado soplo y purifica mis glándulas internas donde
el ritmo de mi vida existe. Ven y encamina mi corazón desorientado para que los puros sentimientos míos
broten de esa Santa fuente. (Vuelto hacia los fieles) Crestos sea con vosotros. Acólito. Él ilumine tu espíritu. Sacerdote. Escuchad, Gran Seidad, Padre de todo lo creado, Luz divina. Tú, Redentor
nuestro, perdona cuantos errores hemos cometido, y los de aquellos que nos
escuchan visible e invisiblemente, para que podamos todos participar del reino
de la justicia y de estar contigo en las inmensidades de la luz. Bendice y da
poder a todos cuantos nos siguen, pues cumplen la ley. Escuchad, oh Ángeles; ayudadme, Padre de todo lo creado, causa infinita de todo lo creado, y dad
vida a este tu pueblo. A cuantos nos siguen asístelos, y presta a todos el
apoyo necesario en todas las ocasiones de la vida para que se hagan merecedores
de tu Santa Gracia. Nosotros conocemos tu poder y yo te conjuro: Ven. Ven. Ven. Perdona tú todos nuestros errores, alivia todos nuestros males, danos una
señal aquí mismo en este sacrificio o en los días venideros. (El sacerdote avanza un paso y dice:) Escucho vuestro testimonio. (Viene una pausa durante la cual, en alta voz, los beneficiados o curados
relatan sus experiencias en frases sencillas. Después de haber escuchado a
todos, el sacerdote se coloca otra vez en el altar y dice:) Alegraos, nuestros errores están perdonados, el poder supremo está con
nosotros. Todos. Amén, Amén, Amén. (Esta plática se puede intercalar después de la prédica cuando hay fiesta
mayor). (Suplico a los Hermanos que reciben estos rituales, hagan todas las copias
que puedan y las envíen a los demás hermanos, advirtiéndoles el poder mágico
que reside en Santa Unción, y que es la misma original y primera usada por los Gnósticos
en la época de la existencia material de Jesús de Nazareth en la tierra). (El sacerdote se retira al altar de la derecha y lee los siguientes trozos de
las Sagradas Escrituras) Sacerdote. Y Jesús, el divino Gran Sacerdote Gnóstico, entonó un dulce cántico en loor
del Gran Nombre, y dijo a sus discípulos: Venid hacia mí. Y ellos así lo
hicieron. Entonces se dirigió a los cuatro puntos cardinales, extendió su
quieta mirada y pronunció el nombre profundamente sagrado, JEÚ, bendijo y les
sopló en los ojos. —Mirad hacia arriba –exclamó–, ya sois clarividentes. Ellos entonces
levantaron la mirada hacia donde Jesús les señaló, y vieron una gran cruz que
ningún ser humano podría describir. Y el Gran Sacerdote dijo: —Apartad la vista de esa gran luz y mirad hacia el
otro lado. Y entonces vieron un gran fuego, agua, vino y sangre. (Aquí la bendición del pan y el vino) Y el Gran Sacerdote continuó: “En verdad os digo que no he traído nada al
mundo sino el fuego y el agua y el vino y la sangre de redención. He traído el
fuego y el agua del lugar de la luz, del depósito de la luz, de allí donde la
luz se encuentra. Y he traído el vino y la sangre de la morada de Barbelos.
Después de pasado algún tiempo el Padre me ha enviado el Espíritu Santo en
forma de blanca paloma; pero oíd: El fuego, el agua y el vino, son para la
purificación y perdón de los pecados. La sangre me fue dada sólo como símbolo
del cuerpo humano, el que recibí en la morada de Barbelos, de la gran fuerza
del Dios Universal. El Espíritu Santo, como en mí, desciende a todos, y a todos
ha de llevarlos al supremo lugar de luz. Por eso os he dicho que he venido a
traer fuego a la tierra, que es lo mismo que descender para redimir los pecados
del mundo mediante el fuego”. Y por eso Jesús repitió: “Si supierais y conocierais la gran dádiva de Dios; si percibierais quien es el que os habla y os dice ‘Dadme de beber’, me rogarías
que os diera de la fuente eterna, que es manantial de dulce ambrosía, y os
convertiríais en esa misma fuente de vida”. Y tomó el cáliz, lo bendijo y se lo
ofreció a todos, diciendo: (El Sacerdote se dirige al altar mayor, eleva el cáliz en la mano izquierda,
y lo exhibe diciendo:) Ésta es la sangre de la alianza, que se vertió por todos nosotros para
redimirnos del pecado, y por eso se introdujo la lanza en mi costado, para que
de su herida brotara sangre y agua. (Torna al lado derecho y lo pone en la mano derecha) Y el Gran Sacerdote Jesús dijo a los suyos: —Traedme fuego y ramas de vid Y así lo hicieron. Colocó entonces el
sacrificio sobre el altar y una fuente de vino a su lado, una a la derecha y
otra a la izquierda, y una fuente de agua ante el vino. (Pone el cáliz sobre la mesa y, levantando la mano derecha, dice:) Y puso pan según los que le escuchaban, y el Gran Sacerdote Jesús se mantuvo
vestido con vestiduras blancas, al que imitaron los Apóstoles. (Toma el cáliz y va al altar mayor y dice, vuelto al público:) Y en vuestras manos os digo que está el número del nombre del Padre, que es
la fuente de luz. (Todos de rodillas. El sacerdote alza sus manos en actitud suplicante y
exclama:) Escuchad, Gran Seidad, Padre de todo lo creado, Luz divina I.A.O. I.A.O. I.A.O. Todos. Amén. Sacerdote Crestos sea con vosotros. Acolito. Él ilumine tu Espíritu. (Regresa al Altar) Sacerdote. Ven, Santo Querer, Divina Esencia Volitiva, y transforma mi
voluntad haciéndola una con la tuya. Ven, Supremo Poder y desciende sobre
aquellos que conocen el misterio. Ven, Valor Excelso, y dame la templanza, y
fuerza que se necesita para penetrarlo. Ven, Santo Silencio, que hablas del
poder y de la magnitud que él encierra, y revélame lo oculto. Ven y
descúbreme el Misterio. Desciende, Santa Paloma de albo plumaje sobre
nosotros; tú eres la Madre de los Gemelos. Acude, Madre mística, que sólo te
manifiestas en nuestras obras. Acércate, Santa Alegría de los cielos y posa
sobre nuestras cabezas. Tú llevas la hebra de oro que a todos nos enlaza.
Aliéntanos a los que participamos en este sacrificio de la Eucaristía,
celebrando en esta santa remembranza tuya, para purificarnos y fortalecernos.
Ayúdanos a recibir la luz, Tú que ahora nos has llamado hacia los fieles. Crestos sea con vosotros. Acólito. Él ilumine tu Espíritu. (Todos de pie) Sacerdote. Creo en la unidad de Dios, en el Padre como entidad
impersonal, inefable e irrevelado, que nadie ha visto, pero cuya fuerza,
potencia creatiz, ha sido y es plasmada en el ritmo perenne de la creación. Yo creo en María, Maya, Isis o bajo el nombre que sea, en la fuerza física
simbolizando a la Naturaleza, cuya concepción y alumbramiento revela la
fertilidad de la Naturaleza. Acólito. Yo creo en el misterio del Bafometo y del Demiurgo, Espíritu
entre Dios y la criatura. Sacerdote. Yo creo en una Iglesia trascendida, superior, mantenida en las
almas puras, en la Jerarquía Blanca, representada por la Fraternidad Blanca, que
tiene su exponente en la Santa Iglesia Gnóstica, dirigida por Patriarcas,
Apóstoles, Obispos y Sacerdotes. Acolito. Nuestra ley es amor, vida, libertad y triunfo. Sacerdote. Nuestro lema divisa es THÉLEMA. Yo creo en la comunidad de las almas purificadas, así como el pan se
transforma en sustancia espiritual. Creo en el bautismo de la Sabiduría, la cual
realiza el misterio de hacernos humanos. Yo conozco y reconozco la esencialidad de mi vida concebida como una
totalidad sin fin cronológico, que abarca la órbita fuera del tiempo y fuera del
espacio. Todos. Así sea. (El Sacerdote va al público o al altar lateral y predica los Misterios
Gnósticos. Después del sermón, vuelve al altar y pronuncia la oración a la
Cruz) Sacerdote. Llenos de júbilo y desbordantes de fe, venimos a ti, oh Cruz, oh Rosa santa,
santa y divina. Tú, que das el bálsamo para toda llaga y alientas el Fuego que
enciende la vida; Tú, que das la vida, me ofreces tu Cruz que yo reconozco como
la mía propia. Yo se de tus misterios, del Sagrado Misterio que te envuelve,
pues fuiste donada al mundo para hacer infinitas las cosas limitadas. Tu cabeza se yergue majestuosa hasta tocar el cielo, para que seas el símbolo
del Logos Divino, para que presidas en tu estructura la intersección del madero
atravesado que forma tus dos brazos, como dos manos ingentes que se extienden
para ahuyentar las fuerzas siniestras y los poderes inferiores, para unir en
una Iglesia de Santa Fraternidad a todos los seres humanos de puro y noble
corazón. Tu pie, como una lanza, está clavado en la tierra para que puedas redimir,
para que ayudes en tu impulso volitivo a todas las entidades que moran bajo el
suelo, en las regiones inferiores del mundo, y que, a través de múltiples
encarnaciones, puedan llegar a la divinidad para estar reunidas eternamente en
ti. Oh tú, Cruz de los maravillosos destinos, puesta por el Altísimo en la
multiplicidad del Universo, para que seas la redención del género humano. Oh tú, belleza inmaculada, que eres trofeo de la victoria del Crestos, que eres imán de vida, que ofreces la vida con tu árbol santo, que extiendes tus
raíces como dedos gigantescos por la hondura del suelo, para donar tu fruto en
los cielos infinitos. Oh tú, Cruz venerada, que eres la santa dádiva del dulce nombre, como vid que
florece en el jardín del Señor. Oh Tú, Luz, Rosa divina en la Cruz, que das tu fuerza y tu sagrado poder a
los que han merecido en la dura batalla, y los conduces por la mística escala
que está tendida desde la tierra al cielo, de la materia al Espíritu. ¡Oh Cruz santa y bendita! En ti está latente la redención, y bajo tu potestad
y luz excelsa nos cobijamos todos para hacerte la ofrenda de este santo
sacrificio de la Unción Eucarística. (Después de esta oración, debe haber un instante de meditación, mientras el sacerdote, diáconos y fieles están de rodillas. Pasado este
instante, los que hayan de participar en la Eucaristía, deberán congregarse alrededor del altar. El sacerdote, ya de pie, ofrece primero
la hostia o pan diciendo:) Sacerdote. Éste es mi cuerpo, recíbelo para tu redención. (Esta frase se repite por el sacerdote cada vez que haya de entregar el pan
o la hostia a cada uno de los asistentes. Terminado este acto, toma el cáliz, en el que está depositado jugo de uva o
vino sin alcohol, y lo ofrece a cada uno de los participantes diciendo:) Sacerdote. Ésta es mi sangre, recíbela que ha sido derramada para redimir al mundo. (Se repite cada vez al dar de beber) (Después de haber pasado primero a todos el pan, de inmediato el vino, vuelve
el sacerdote con cada uno, y poniéndole la mano sobre la cabeza dice:) Sacerdote. Que la paz sea contigo para que participes de la Luz. (Entonces, después de concluir con todos, y estando aún todos de rodillas, el
sacerdote levanta las manos en actitud e bendecir y dice:) Sacerdote. Recibid el signo de la santa cruz sobre vuestros cuellos y sobre vuestros
labios, para que seáis herederos de la luz. (Todos levantan la mano derecha y el sacerdote entona el mantram:) I.A.O. I.A.O. I.A.O. (Entonces el sacerdote cruza sus manos sobre el pecho, y todos los congregados
cantan el Te Deum laudamus). Santo, Santo, Santo, Señor de Sabaot. Santo, Santo, Santo, Señor de Sabaot. Santo, Santo, Santo, Señor de Sabaot. (Finalmente, da el sacerdote la bendición Aarónica). Esta es la forma sencilla, tomada de las obras fundamentales de la religión
primitiva, y es de por sí una poderosa acción de Magia Ceremonial que trae
salud y bienestar sobre los asistentes. Puede el sacerdote hacer formar, al
final, la Cadena. Advertencia: “No deis lo Santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los
puercos; porque no las rehuellen con sus pies, y vuelvan y os despedacen”
(Mateo, 7:6). Toda familia puede verificar su Unción Gnóstica en su misma casa o
residencia particular. No se debe admitir a esta Misa Gnóstica a ningún
indigno, porque se comete profanación. Yo, Aun Weor, el Iniciador de la nueva Era Acuaria, autorizo a la
humanidad entera para verificar la Santa Unción, a cada familia y en su propia
casa. Yo, Aun Weor, el Gran Avatara de Acuario, toco pues la campanada de la
Nueva Era, y abro las puertas de la Iniciación a la humanidad entera. En noches pasadas vi descender desde la Osa Mayor una sierpe de color
verde. “Algo malo –me dije–, algo duro para mí”. Esa sierpe verde era la
matriz de un mal acontecimiento que me aguardaba. Y en realidad, hoy viernes 14 de Marzo, se me cumplió al pie de la letra ese
mal acontecimiento. Fui encerrado en la cárcel municipal de Ciénaga en forma
injusta. Yo destruí la sierpe verde, y por eso creo que pronto triunfaré y
saldré libre. Estoy escribiendo estas letras en la cárcel. Aquí sólo oigo palabras
inmodestas y vulgares. Aquí sólo se habla de crimen y de vicios; esto es
repugnante. Yo, sin embargo, permanezco sereno; así debe ser el Iniciado. Hay que aprender a sonreír en medio de las adversidades. Hay que aprender a
vivir como Daniel en el pozo de los leones. ¡Qué bella es esta maravillosa
escuela de la vida! ¡Ya vendrá la Nueva Era y habrá luz, y sabiduría, y
belleza! “Mas, antes de todas estas cosas, os echarán mano y perseguirán,
entregándoos a las sinagogas, a las cárceles, siendo llevados a los reyes y a
los gobernadores por causa de mi nombre” (Lucas, 21:12). Así
persiguieron a los profetas que fueron antes de nosotros; por ello nosotros,
los héroes de la luz, no debemos temer. Leamos las prisiones de Pablo, para que nos demos cuenta cuánto han sufrido
los profetas que fueron antes de nosotros. Esta tarde parece el sol hundirse ya en el Oeste, y todavía sigo encerrado
en la prisión. Los presos y los guardianes hablan y hablan cosas horribles.
Acabo de recibir visita de una discípula mía; es una dama muy sufrida; su
visita me alegró mucho. Los hijos de la Luz formamos una fraternidad
universal. Al fin amaneció el nuevo día en esta cárcel. Anoche me instruía mi Íntimo
y me decía que en estos instantes necesitaba una mente de “abogado” y de
“sajón”. Tiene razón el Íntimo, porque en estos momentos necesito defenderme de
mis verdugos. Necesito en estos instantes tener el pensamiento exacto y el
concepto preciso. La mañana está turbia y algunos presos hablan con los guardianes a través de
las rejas. Una ramera permanece sentada; se habla de todo, también se hablan
porquerías. Hoy he estado pensando en aceptar la oferta de mi discípulo Israel Bermúdez.
Este hermano me ofreció una vivienda campesina, para que yo viviera en ella con
mi familia. Yo había pensado permanecer en Ciénaga por tiempo indefinido,
pero me es imposible. Estos verdugos de la ciencia oficial, estos tenebrosos,
no me dejan en paz, me odian de muerte por haber escrito «El Matrimonio
Perfecto» y «La Revolución de Bel», y andan buscando la manera de causarme
daño. El peor delito de que me acusan es cumplir con la sabiduría del
Evangelio: curar a los enfermos. Los médicos oficiales están en guerra contra mí. Apenas salga de esta cárcel, viajaré a Fundación con el propósito de hablar
con mi discípulo Israel Bermúdez y aceptar su oferta. Allí en el campo, a pocos
kilómetros de Fundación, podré vivir en paz en contacto con la gran madre
Natura, Isis, María o Maya. Puede que allí los verdugos de la ciencia
oficial me dejen en paz. Esta ciencia del siglo XX es tenebrosa. Ahora los médicos de la ciencia
oficial tienen bajo sus órdenes ejércitos de la policía, y encarcelan y
martirizan, y los “sanitarios” hacen demostraciones de su poderío policial.
¡Qué ridícula resulta esa mezcla de la medicina con las bayonetas! La sagrada
ciencia de Hipócrates, y de Galeno, y de Paracelso, se ha vuelto cárceles y
gendarmes y fusiles... ¡Qué horrible profanación! Todo en este siglo XX es
tenebroso. Yo tengo mis ojos puestos en los hijos de Acuario... Hoy me defendí ante mis jueces, y mi defensa fue tan brillante que causó
asombro. Yo mismo me asombré de lo que dije. “Poned, pues, en vuestros corazones, no pensar antes cómo habéis de
responder. Porque yo os daré sabiduría, a la cual no podrán resistir ni contradecir
todos los que se os opondrán. Mas seréis entregados aun de vuestros padres y hermanos y parientes y
amigos; y matarán a algunos de vosotros. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Mas un pelo de vuestra cabeza no perecerá. En vuestra paciencia poseeréis vuestras almas” (Lucas, 21:14-18). Este siglo XX es época de imprecedentes tinieblas; jamás se había conocido
una Era tan negra. Por donde quiera se oyen guerras y rumores de guerras. Las
gentes sólo hablan de matar y ser matadas. Esa palabra “matar”, o “lo mataron”,
o “mató”, sólo se oye en aquellos planetas donde la evolución humana ha
fracasado. Esa es una palabra horrible del Avitchi. En la Luna negra o
Lilith y en la Tierra, esa palabra se oye por todas partes. Hoy en nuestra
Tierra no hay lugar donde uno no escuche esa repugnante palabra. Todo esto
prueba el horrible fracaso de nuestra evolución terrestre. La evolución humana
fracasó. Por donde quiera se ven ejércitos armados. Esta civilización
corrompida será destruida a sangre y fuego. Nuestro Señor, el Cristo, lo habló
claro en los siguientes versículos: “Y cuando viereis a Jerusalén cercada de ejércitos, sabed entonces que su
destrucción ha llegado”. Jerusalén simboliza toda nuestra tierra actual, o mejor dijera, toda
nuestra presente civilización. “Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes, y los que en medio de
ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque éstos son días de venganza, para que se cumplan todas las cosas que
están escritas” (Lucas, 21:20-22). Antes de poco estallará la tercera guerra mundial y será destruida la
presente civilización a sangre y fuego. La Tierra entera se convertirá en un
gigantesco cementerio donde sólo se verán cruces, cruces, y cruces... Y
plantaremos la bandera de Acuario sobre las humeantes ruinas de ese enorme
cementerio. La Nueva Era es un parto de la Naturaleza; todo parto es doloroso. Sólo un selecto grupo de almas podrá tener cuerpo físico en Acuario; y habrá luz, y
sabiduría, y belleza. Ésta es la primera resurrección, porque la segunda será
en Sagitario. “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la
segunda muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y de
Cristo, y reinarán con él mil años” (Apocalipsis, 20:6). La suma de mil años se descompone cabalísticamente así: 1 + 0 + 0 + 0 = 1;
o sea, una edad; esa edad dura 2.000 años. Durante esos dos mil años de
Acuario, los selectos humanos serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán
con Él durante todo Acuario. Desaparecerán las fronteras, y la Tierra entera
será una sola patria de amor y fraternidad. Pero en Capricornio vuelve otra edad negra, y las almas malvadas, que
actualmente están entrando al Abismo, volverán nuevamente a encarnarse en
nuestra Tierra, y se les dará entonces otra magnifica oportunidad para que se
arrepientan de sus maldades. “Y cuando los mil años fueren cumplidos, Satanás será suelto de su
prisión. Y saldrá para engañar a las naciones que están sobre los cuatro ángulos de la
Tierra, a Gog y a Magog, a fin de congregarlos para la batalla, el número de
los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la Tierra y circundaron el campo de los
santos y la ciudad amada; Y de Dios descendió fuego del cielo y los devoró”
(Apocalipsis, 20:7-9). En Capricornio se les dará a las almas-demonios otra oportunidad para que se
arrepientan. Y hasta al mismo Jahvé se le dará cuerpo físico. Y Jahvé nacerá en
tierras de Judá, y los judíos lo presentarán como Mesías; ellos dirán que ése
era el Mesías que aguardaban, y hará Jahvé milagros y prodigios engañosos; y
entonces las almas totalmente irredentas volverán con Jahvé al Abismo para
siempre. Y en el Abismo pasarán esas almas por la muerte segunda. Esas
personalidades separadas del Íntimo se irán desintegrando poco a poco entre
el llanto y el crujir de dientes. “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre,
donde está la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche para
siempre jamás”. (Apocalipsis, 20:10). Este acontecimiento se realizará al iniciarse la Era de Sagitario, dentro de
4.000 años y algunas fracciones de tiempo. Irá este acontecimiento acompañado
del hundimiento de los actuales continentes; habrá un cambio geológico
total. “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, delante del
cual huyó la tierra y el cielo; y no fue hallado el lugar de ellos. Y vi los muertos grandes y pequeños que estaban delante de Dios; y los
libros fueron abiertos; otro libro fue abierto, el cual es de la vida; y fueron
juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según
sus obras” (Apocalipsis, 20:11-12). Los muertos vivientes, aquellos que fueron juzgados, son las almas malvadas
separadas del Íntimo. El libro de la vida es el libro de los iluminados; y
todos los libros kármicos existen en el plano astral. Cada alma tiene su libro,
donde están escritas sus cuentas. “Y el mar dio los muertos que estaban en él, y la muerte y el infierno dieron
los muertos que estaban en ellos; y fue hecho juicio de cada uno según sus
obras. Y el infierno y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la
muerte segunda. Y el que no fue escrito en el libro de la vida, fue lanzado en el lago de
fuego” (Apocalipsis, 22:13-15). La muerte segunda es la desintegración de las personalidades perversas
separadas del Íntimo. El lago de fuego es el Abismo, o Avitchi, un plano de
conciencia sumergido. En todas estas cosas he estado meditando en el día de hoy. Ya el sol se está
ocultando, y yo todavía en esta cárcel. Otro día de cárcel; aguardo visitas. Anoche me elevé aun más dentro de la
escala de las Jerarquías. Esa elevación la he pagado con cárcel; así, sufriendo,
es cómo se ganan grados. He pasado sereno y pacientemente por esta prueba
dolorosa, y he convertido mi misma cárcel en monasterio de santidad. No he
protestado contra nadie y bendigo a mis verdugos. Hay que amar a nuestros
amigos, porque nos comprenden, y a nuestros enemigos porque no nos
comprenden. El sendero está lleno de espinas, y los pies del caminante sangran con las
duras piedras del camino. Estoy sufriendo, pero tengo la esperanza de que Julio
Medina V., mi querido discípulo, me saque de esta prisión. Hoy he enviado
letras a Julio, pidiéndole más actividad; no tengo miedo, pero sí tengo derecho
a defenderme. Uno puede siempre defenderse, pero sin dañar jamás a nadie. Las cosas esotéricas que he vivido aquí en esta cárcel son tan bellas y
divinas, que no puedo jamás escribirlas. Esas cosas no las escribo, son cosas indecibles. No me entenderían los humanos si yo escribiera esas cosas. Aquí, en esta cárcel me he estado acordando de Apolonio de Tiana. ¡Cuán
grande fue este hombre! Apolonio pasó los últimos días de su vida en una
cárcel. Cuando Apolonio llegó a Roma, se quedó contemplando el cielo, dijo:
“Algo grande sucederá, y no sucederá”. Ese día estalló una tempestad, y en
instantes en que el César estaba bebiendo, cayó un rayo y le rompió la copa
que tenía en la mano, y sin embargo el César salió ileso. Apolonio curaba los enfermos y sólo se alimentaba de frutas y bebía agua
pura. Fue acusado de brujo y encerrado en una cárcel, donde murió. Aquí en esta cárcel hoy me he acordado del gran Apolonio de Tiana. Todos los
profetas de la humanidad hemos sido mártires; por ello en el Apocalipsis nos
hablan claro, diciendo: “No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí el diablo
ha de enviar a algunos de vosotros a la cárcel, para que seáis probados y
tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la
corona de la vida” (Apocalipsis, 2:10). Todo el progreso del Iniciado se basa sobre números: 1 + 2 + 3 + 4 = 10; y
por ello se nos dice: “Y tendréis tribulación de 10 días”. Todo el sendero de la Iniciación es de horribles tribulaciones. El que se
mete en el sendero de la Iniciación entra en el camino de las más terribles
amarguras. La base de la Iniciación es la castidad. Pero he aquí que dentro de todo ser humano común y corriente siempre esta
Satán, la bestia de la fornicación, el yo animal que desarrolla en nosotros
el intelecto y crea la falsa ciencia intelectual de la que se enorgullecen los
hombres del siglo XX. “Mas tengo unas pocas cosas contra ti: que permites que aquella mujer Jezabel
(que se dice profetiza) enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar, y a
comer cosas ofrecidas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta de la fornicación, y no se ha
arrepentido. He aquí que yo la echo en cama, y a los que adulteran con ella en muy
grande tribulación, si no se arrepintieren de sus obras. Y mataré a sus hijos con muerte; y todas las iglesias sabrán que yo soy el
que escudriño los riñones y los corazones; y daré a cada uno de vosotros según
sus obras” (Apocalipsis, 2:20-23). Así habla el Yo Universal a Jezabel. Y Él echará en el Abismo a Jezabel y
a todos los que con ella adulteren, a los hijos de la fornicación. Ningún
fornicario puede ser Iniciado. El Kundalini sube a base de castidad, santidad y dolor intenso. El camino
de la Iniciación es un sendero de lágrimas y amarguras. Hay que subir por las
siete escalas del fuego a base de dolor y amargura. Esas siete escalas de poder del fuego están simbolizadas por las siete
caídas y siete levantadas del Cristo, en su ascenso hacia el Calvario. En momentos en que escribo estas líneas, se acercan las visitas. La tarde
está calurosa, y sólo se oyen cosas horribles en la cárcel. Yo me sumerjo dentro de mi Dios interno, y en Él me siento lleno de
plenitud. Así he aprendido a vivir como Daniel en el pozo de los leones. Así
he aprendido a convertir mi prisión en un monasterio de amor, luz, sabiduría y
santidad. ¡Qué bella es la escuela de la vida! Alegrémonos, hermanos, alegrémonos... Oigo algunos guardianes de la cárcel hablar en forma de ira; las visitas
están impacientes. Algunas mujeres y niños aguardan con ansia infinita ver y
saludar a sus presos queridos. Estoy en medio del dolor y pienso: así es
cómo se ganan las grandes Iniciaciones cósmicas. Los gendarmes están cerrando
puertas y preparando todo para recibir las visitas. ¡Pobres gendarmes! ¡Qué
tenebroso es el reino del diablo! Las visitas fueron todas llenas de amor. Los presos se alegraron mucho... y
los visitantes abrazaron a sus presos queridos. Mi esposa sacerdotisa lloró al
despedirse de mí, después de la visita. Tres amigos más me visitaron; mucho les
agradecí su visita. Mi esposa sacerdotisa y yo, comentamos algo sobre el nuevo grado que
recibí, y que me costó la cárcel. Mi esposa está bien enterada de todo porque
es Iniciada y nada se le puede esconder. La visita parece haber perfumado la tenebrosa atmósfera de esta cárcel. El
perfume de la fraternidad es sublime. “El amor es el Incienso de los Dioses”.
El sol se está ya ocultando en el Oeste, y yo sigo meditando. Otro amanecer más en esta cárcel. Estuve anoche investigando las treinta y
tres cámaras subterráneas del viejo Egipto de los faraones. Esas treinta y tres
cámaras subterráneas eran como treinta y tres salones comunicados entre sí por
treinta y tres portales. El orden arqueo-métrico de estas cámaras era una
exacta representación de nuestra columna espinal. El Iniciado iba pasando de cámara en cámara, conforme su fuego sagrado del
Kundalini subía cañón por cañón, es decir, vértebra por vértebra. Indudablemente, cada uno de los treinta y tres cañones corresponde a una de
esas cámaras. Así pues, en cada cámara se le recibía al Iniciado con una gran
fiesta. El ascenso del Kundalini a través de cada cañón es lento, minucioso, y
difícil. Cada cañón tiene sus pruebas y sus condiciones especiales de
santidad. Sin embargo, uno puede acelerar el ascenso del Kundalini, pero esto
cuesta mucho dolor y muchas amarguras y penalidades. Esos antiguos misterios del viejo Egipto, y esas treinta y tres cámaras, hay
que buscarlas ahora dentro de nosotros mismos, en los mundos internos. Los
antiguos misterios se encuentran ahora en los mundos internos, y conforme el
fuego sagrado va ascendiendo por nuestra espina dorsal, vamos siendo recibidos
en cada una de las treinta y tres cámaras sagradas. Los tres cañones de nuestra cabeza, son los que mas lágrimas cuestan.
Allí hay que pasar por indecibles amarguras que hay que soportarlas en carne
viva: necesidades, cárceles, enemigos, miseria, etc. Eso es terrible... Cada uno de esos cañones, vértebras o pirámides, hay que pagarlo con
pruebas indecibles. Pero el valeroso se lanza a tomar el cielo por asalto
cueste lo que cueste. Los mantrams más poderosos que se conocen para despertar el Kundalini son
los siguientes: Kandil, Bandil, Rrrrrr. Hay que subir la voz en la primera sílaba de cada palabra, y bajarla en la
sílaba segunda de cada palabra, en forma de canto; y la letra R hay que
vocalizarla como imitando el sonido de los cascabeles de la serpiente cascabel,
en forma aguda, o como el sonido de un motor, pero en forma aguda. Todas estas cosas he estado meditando hoy. Dicen que el abogado me sacará de
esta cárcel, y yo espero que sea rápido. No me avergüenzo de decir que estuve
en la cárcel, y por eso escribo, para que los hombres de Acuario conozcan las
amarguras por las que tuvo que pasar su Avatara Aun Weor. Las gentes de este siglo XX no me entienden, pero me entenderán los hijos de
Acuario. Así pues, hermanos de Acuario, oídme bien: los hombres del siglo XX
fueron unos bárbaros, y entraron al Abismo. Vosotros disfrutaréis de paz
mientras ellos estén encerrados en el Abismo, pero, cuando ellos vuelvan a salir
del Abismo, la tierra se llenará nuevamente de horribles tinieblas. Aprovechad,
pues, los dos mil años de luz. Realizaos a fondo, y preparaos para hacerles
frente a las tinieblas de Capricornio. No hay duda de que este escenario mundial, donde se desarrolla la gran
batalla entre los poderes de la luz y de las tinieblas, tendrá que ser
cambiado por un nuevo escenario. “Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la
primera tierra se fueron, y el mar ya no es” (Apocalipsis, 21:1). Aquí se habla claro y preciso sobre un cambio geológico de la corteza
terrestre. Yo he estado investigando a fondo los polos Norte y Sur de la Tierra,
y veo que estos dos polos se están volviendo completamente etéricos. Los
grandes exploradores de la Antártida afirman que ese continente es un mundo de
imágenes. Esas imágenes flotan en la atmósfera polar. Así pues, los polos de la Tierra
se están eterizando. En un futuro esos polos se convertirán en el eje
ecuatorial de la Tierra, debido a un movimiento de la Tierra conocido con el
nombre de “precesión de los equinocios”, o sea, retrogradación. El eje de la
Tierra se va desviando poco a poco, y en el futuro la Antártida será habitada
por la humanidad divina. También se descubrirá en el polo Norte un continente
donde vivirá más tarde la humanidad divina. Hoy los continentes polares son inhabitables, están rodeados de agua, nieve y
hielo, por ello el Apocalipsis dice lo siguiente: “Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como el
cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero” (Apocalipsis, 22:1). Observando clarividentemente el continente de la Antártida, vemos en el
futuro a una humanidad divina viviendo en gran felicidad. “Y yo, Juan, vi la santa ciudad, Jerusalén nueva, que descendía del cielo,
de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con
los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será
su Dios con ellos. Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más;
y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas son
pasadas” (Apocalipsis, 21:1-4). En la Antártida sólo podrán vivir los verdaderos Iniciados, los
auténticos discípulos de Nuestro Señor el Cristo. El resto, es decir, el grueso
de la humanidad, irá al Abismo inevitablemente. Por ello el Apocalipsis nos
advierte así: “Mas a los tenebrosos e incrédulos, a los abominables y homicidas, a los
fornicarios y hechiceros, y a los idólatras, y a todos los mentirosos, su parte
será en el lago ardiente con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Apocalipsis, 21:8). La muerte segunda es horrible. Aquellas personalidades divorciadas del
Íntimo, entregadas al fuego de las pasiones, se van desintegrando poco a poco
en el Avitchi. El Avitchi es un “estado de conciencia” sumergido, cuyo centro
material de gravitación cósmica es la Luna negra, llamada por los astrónomos
Lilith. El Avitchi es un plano de conciencia sumergida. El Avitchi es el lago
ardiendo con el fuego pasional. El Avitchi es un mundo sumergido, el Abismo.
Y es doloroso decirlo, pero la evolución humana fracasó, y la humanidad está
cayendo, casi en su totalidad, en el horrible Abismo. No hay duda de que en
Capricornio, muchas de las almas que experimentaron el dolor del Abismo, al fin
se resuelvan a seguir las enseñanzas del Cristo. Pero ¡Ay de aquellas almas
que al iniciarse Sagitario no se hayan arrepentido de sus pecados! Porque
entonces volverán al Abismo para siempre, y serán atormentadas por siempre
jamás. Así pues, el nuevo escenario de la evolución humana será la Antártida y un continente del polo Norte, que aún no ha sido descubierto. Los actuales
continentes se irán hundiendo en el fondo del mar poco a poco; y el porvenir
de la humanidad está en los polos. Cuando los polos actuales se conviertan en
el eje ecuatorial de la Tierra, ya los continentes polares se hallarán
totalmente eterizados, y así tendremos que la futura Tierra será etérica. Los polos de la Tierra son actualmente el escenario de una poderosa
transmutación alquimista. Aire, agua, tierra y hielo, están en este momento
transmutándose en substancias etérico-materiales; algo, dijéramos,
físico-etérico, o etérico-físico. Así pues, la futura Jerusalén será la Tierra etérica de mañana. Todo el día
17 ha sido para mí de esperanzas en mi libertad, y veo presos que salen libres,
y sigo yo aguardando pacientemente mi boleta de libertad. El abogado me está
defendiendo del delito de sanar a los enfermos, pues me acusan de ese delito...
Tengo puestas mis esperanzas en el abogado, y aguardo pacientemente mi
libertad. ¡Qué dura es la senda de la Iniciación! ¡Qué terrible! Pero bien
vale la pena toda esta amargura, porque mientras más duras sean las penas,
mayores son las fiestas de los Templos, y las fiestas de los Dioses. El dolor del justo también tiene un limite, y el límite de ese dolor
son las grandes fiestas del alma. Aquí, en esta cárcel y entre estos muros y
estas rejas, yo, Aun Weor, me siento triunfante y victorioso, nada me
acobarda. ¡Soy poderoso! Estoy lleno de inmensa alegría porque le he arrancado la antorcha de fuego
al Bafometo. ¿Quién podría detenerme en esta marcha luminosa y triunfal? Aquí
en esta cárcel he oído a varios presos protestar enloquecidos de ira y llenos
de desesperación. Yo no protesto ni me desespero, ni me acobardo, porque mi
conciencia está iluminada por el Íntimo, y en el fondo de mi ser sólo brilla
Aquél que es todo justo. Antes bien, he aprovechado hasta el máximum estas dolorosas circunstancias
de mi vida, para arrancarle la luz a las tinieblas y elevarme aún más dentro
de la escala luminosa de las Jerarquías de la Luz. Yo no puedo protestar ante
las maravillosas adversidades que la vida me depara, y considero que estas
maravillosas circunstancias hay que aprovecharlas hasta el máximum, para lograr
las grandes realizaciones. Estas amarguras son oportunidades magníficas que se deben aprovechar. El
Maestro no teme, pero tampoco se descuida; hay derecho a defenderse, pero no
hay derecho para causar daño a nadie. Así pues, me estoy defendiendo como un
abogado, pero no estoy acusando ni siquiera a mis verdugos; antes bien, estreché
cariñosamente la mano del que me echó a la cárcel. Así es cómo se debe proceder, sin odios para nadie; hay que amar a nuestros
pobres enemigos, y besar el látigo del verdugo. Un carcelero se acerco a mí
cariñosamente y me dijo: “Lo están demorando”, y se alejó... El sol brilla ya en el Poniente, y yo estoy entregado a estas profundas
meditaciones. Se acerca la noche y aún no me llega la boleta de libertad. ¿Qué
habrá pasado? Se va la tarde y llega la noche... Un nuevo amanecer, tengo hoy algunas esperanzas buenas. El 18 es el número
mío, 1 + 8 = 9; 9 es el número del iniciado. Los Maestros están trabajando intensamente por mi libertad. Esta prisión mía
no es por karma, fue sólo una prueba dura, el precio de un grado esotérico.
Ya me gané ese grado, y por tal motivo no tengo ya por qué estar en la cárcel.
Pregunté a un maestro por qué motivo no me daban libertad, y en tono
profundamente compasivo partió un pedazo de hielo, y me dijo: Ha habido
descuido. Y realmente no hubo defensa del primer abogado, y hubo que cambiar de
doctor. Ha habido frialdad, y esa frialdad puede muy bien ser simbolizada
por el hielo de los funcionarios públicos. Acabo de enviarle letras a mi
querido Hermano Julio Medina V. pidiéndole un esfuerzo supremo por mi
libertad. Anoche envié letras a mi estimado discípulo Israel Bermúdez, de Fundación.
El frater Bermúdez es médico, y le he pedido el favor de que venga a libertarme
de las garras de los médicos de la ciencia oficial. Los maestros de la Logia Blanca, reunidos en formidables cadenas, están
luchando por mi libertad, pero todo es dual en la creación. Hay necesidad de
otra intensa actividad en el mundo físico por parte de mis amigos, para lograr
mi libertad. Un trabajo de alta magia debe ir acompañado de otro trabajo
en el mundo físico para lograr éxito rápido, y así es cómo se logran los
grandes éxitos de la vida. En estos instantes, me ha saludado cariñosamente un detective amigo y me
dice que el caso mío no tiene importancia; me informa que mi abogado está en la
alcaldía, y que ese abogado me pondrá en la calle. Yo digo en mis adentros:
aguardaré pacientemente... Veo movimiento en esta cárcel, algunos presos se visten alegres para salir
en libertad, y yo sigo aguardando con paciencia mi libertad. Acabo de recibir
visita de Julio Medina V., y me informa que no hay motivo para que yo esté
detenido en esta cárcel, puesto que no hay ni siquiera auto de detención para
mí. El frater Julio Medina V. se muestra optimista, y me informa que el abogado
afirma que hoy mismo me pondrá en libertad. Julio Medina V., el autor de aquel
formidable prefacio que adorna mi obra titulada «La Revolución de Bel», ha
tenido piedad por mi, y él mismo me ha financiado mi defensa, y está luchando
por mi libertad. En «El Vestíbulo del Santuario» Julio Medina V. hace un
estudio a fondo sobre el sistema carcelario, y llega a la conclusión de que el
sistema carcelario, como método de corrección, no sirve, pues como él mismo
dice, el mal no se combate con el mal, sino con el bien mismo. Y en los hechos,
el sistema carcelario, como método correctivo, ha fracasado. Julio Medina V., con su pluma diamantina, esboza en su maravilloso estudio,
un nuevo sistema de reforma humana, que indudablemente será acogido por la
humanidad de Acuario. Hasta la fecha actual del siglo XX, ningún delincuente se ha corregido en la
cárcel. Las cárceles son lugares de corrupción, y allí muchos que no eran
ladrones se vuelven ladrones y criminales. El plan de Julio Medina V. consiste
en reemplazar las cárceles por campos agrícolas; darle a cada penado una
parcela de tierra para que la cultive, y una casa para que viva en ella con su
mujer y sus hijos, a fin de evitar el problema sexual de las cárceles; tener
una caja de ahorros para penados, en esa caja guardarían los penados el
producto monetario de sus ventas agrícolas. Y así, el día en que el preso
saliera de la granja agrícola, tendría con qué trabajar en sociedad. Tener
psicólogos expertos que estudiaran las aptitudes de cada penado, y se las
cultivarán en colegios o institutos establecidos dentro de las granjas
agrícolas. Y así podrían salir de esas cárceles médicos, dentistas, zapateros,
ingenieros, etc. Tener salones de cine ilustrativo, bibliotecas, salas de
conferencias, etc. Sugiere Julio Medina V. que, en lugar de guardianes, se podrían establecer
alambres eléctricos de alta tensión alrededor de los extensos campos
agrícolas. Julio Medina V. acogió este plan de un hombre con visión de águila,
y lo desenvolvió maravillosamente dentro de su formidable estudio titulado: «En
el Vestíbulo del Santuario». Reformar significa volver a formar, y no se puede volver a formar con el
mal sino únicamente con el bien, y por ello creo que el plan que Julio Medina
V. esbozado en «El Vestíbulo del Santuario», está llamado a cumplir una
formidable misión en el futuro. He ahí por qué es imposible separar «El
Vestíbulo del Santuario», del resto del texto titulado «La Revolución de Bel»,
y es que esa obra está llamada a ser la base cultural de Acuario, lo mismo que
«El Matrimonio Perfecto». Otro punto formidable de «El Vestíbulo del Santuario», por Julio Medina V. es
el problema económico del mundo. Observando clarividentemente la organización
social de esa bella humanidad que habitará la Antártida, vemos allí
cristalizado el plan económico de Julio Medina V. Allí vemos una humanidad
feliz; cada cual vivirá en su casa, y tendría una pequeña huerta y un jardín.
Allí nadie tendrá hambre, ni habrá terratenientes, y cada cual sembrará en su
huerto y comerá de sus cosechas. Ese mismo sistema económico rige entre las
humanidades cultas de todo planeta avanzado. Y la humanidad terrícola tendrá
que adaptarse a ese orden cósmico sideral. Por todo ello, considero que «El
Vestíbulo del Santuario» cristalizará totalmente en el futuro, y entonces todo
el mundo tendrá que admirar al coloso que escribió este estudio. Estas han sido mis reflexiones en esta mañana llena de esperanzas en mi
libertad. Ha llegado el Sol hacia el cenit del cielo, y yo todavía en esta
cárcel. Los gendarmes reparten algunas monedas a los presos para que éstos se
alimenten, o manden comprar comestibles. Entran algunos almuerzos, y yo, hundido
en mis reflexiones, sigo meditando y escribiendo. Al almuerzo, me trajo un amigo copia de la defensa que presentó mi abogado,
solicitando mi libertad inmediata. La defensa es magnífica, y creo que
triunfaré. Sin embargo, no me impaciento, yo he llegado a la conclusión de que
la serenidad es una verdadera coraza que nos hace fuertes y poderosos. Ansioso
de conocer mi inmediato futuro, abro la Biblia, y leo el siguiente
versículo: “Empero ahora Jehová ha hablado, diciendo: dentro de tres años, como años de
mozo soldada, será abatida la gloria de Moab, con toda su grande multitud, y
los residuos serán pocos, pequeños, y no fuertes”. (Isaías, 14:16). Comprendo el significado esotérico, porque sé que Cristo resucitó al tercer
día de entre los muertos. Sé que la gloria de Moab, es decir, la fastuosidad del Satán, queda abatida
totalmente cuando el Iniciado recibe la tercera gran Iniciación de Misterios
Mayores. Entiendo que los residuos pocos, pequeños y no fuertes, quedan en el
cuerpo mental, mientras los quema el cuarto grado de poder del fuego. Así pues,
venga la batalla, venga la lucha, porque estamos en guerra contra el pueblo de
Moab, los átomos del enemigo secreto. Ya el sol se acerca hacia su ocaso, y aun cuando todavía estoy en la cárcel,
puedo dar por felizmente terminado el día 18 con una esquela que Julio Medina
V. me acaba de enviar, dicha esquela dice así: “Mi caro frater: acabo de ir con el abogado donde el alcalde; éste salió de
urgencia con el personero para Orihueca, se fue a las dos de la tarde,
regresa en las primeras horas de la noche, así que quedé con el doctor Lazzo
de ir a casa del alcalde para que desde allá dicte la orden de libertad, pues
ya éste le preguntó al secretario que si el asunto estaba arreglado, y el
secretario le dijo que tú no tenías por qué estar ya detenido. Así pues,
esperamos la llegada del alcalde para pedir verbalmente lo que ya está pedido
por carta, y que yo te remití; como verás, todos estos hechos de salida de los
funcionarios es lo que ha venido a estorbar tu salida. El abogado anduvo rápido
en las diligencias, pues te habían levantado un sumario, y para hacer un
sumario hay que oponer pruebas. Así pues, no hemos dejado un instante, y puedes
tener la seguridad, que tu salida se cumple tan pronto llegue el alcalde. Tu atto. S. S. y compadre, J. Medina” Así pues, el día 18 recibí la palabra de libertad y mi abogado y el doctor
Lázaro Lazzo ganó el pleito con una defensa formidable. Aquello fue toda una
pieza jurídica monumental. El día 18 fue, pues, un verdadero triunfo para
mí... Ya el pleito está ganado, y sólo falta que el alcalde entre en su oficina
para que me dé la boleta de libertad. Hoy celebran la fiesta de San José, y oí que el alcalde dizque está
“parrandeando”. Un discípulo me informó que a las diez (10 a.m.) el alcalde irá
a la oficina, dizque para darme la boleta de libertad. Yo me pregunto a mí
mismo: ¿El alcalde abandonará, aunque sea momentáneamente, la parranda para
acordarse de mi humilde persona? Dos discípulos fieles vinieron desde Barranquilla a visitarme. Yo contesté
sus saludos diciéndoles: —Aquí me tienen encerrado en esta cárcel, dizque, por el gravísimo delito de
curar enfermos. Los dos discípulos me contestaron pensativos: —¿De manera que
hacer bien lo toman como mal?. Enseguida les seguí mi conversación
diciéndoles: —Aquí me siento alegre y poderoso, nada me acobarda, y he
convertido mi cárcel en un monasterio. Así es cómo se ganan grados
esotéricos... Hablé algo más con mis discípulos, y ellos se retiraron pensativos,
esperanzados en que a las diez de la mañana habré de salir en libertad. Pero yo
me sigo preguntando: ¿Dejará el alcalde su parranda por acordarse de mí? Efectivamente, ya pasó la hora de las 10 a.m. citada por el alcalde; se
acercan las once de la mañana y el alcalde no ha ido a la oficina. Está
“parrandeando”. Mi abogado y don Julio Medina V. han concurrido al palacio a la hora fijada
por el alcalde, pero todo ha sido inútil, el alcalde no ha llegado, está
“parrandeando”. Ciertamente, hoy es día de la fiesta de San José, y no hay servicio de
oficinas; pero el alcalde dio su palabra anoche de que a las 10 a.m. iría a su
despacho, únicamente por extenderme la boleta de libertad, y sin embargo la
palabra no fue cumplida. ¿Por qué? Hace algunos años atrás, no se necesitaban tantos documentos, ni tantos
certificados, ni tantos requisitos para hacer un negocio. Un hombre daba su
palabra y la palabra de ese hombre era un documento. Hoy las cosas han
cambiado, ya el hombre ha perdido la noción de la responsabilidad de la
palabra, y hasta en las oficinas judiciales ya sólo se admite la tinta y el
papel. En tiempos antiguos se prohibía a los Iniciados hablar públicamente de los
viejos cataclismos, por temor de traerlos nuevamente a la existencia. Los
Iniciados sabían bien que la palabra tiene íntima relación con los cuatro
elementos de la Naturaleza, y que hablar de un cataclismo es tanto como
evocarlo y traerlo nuevamente a la existencia; y por ello se prohibía a los
Iniciados hablar de las viejas catástrofes fuera del templo. Toda palabra cristaliza mediante los tattvas, y así es cómo la humanidad se
ha creado su vida actual (desastrosa y terrible), mediante el poder de la
palabra. En la pasión de Nuestro Señor Jesucristo, era imposible que faltara el
gallo. Este animal simboliza al verbo... En la alta Masonería esotérica, el chacra laríngeo está representado por el
grado oculto del gallo. Cuando el Kundalini llega al cañón o vértebra relacionada con la glándula
tiroides, canta el gallo de la pasión. Todo el poder del verbo reside en la
fuerza sexual del gallo. Las cinco vocales de la Naturaleza: I. E. O. U. A. viven resonando en toda
la Naturaleza. La vocal I hace vibrar las glándulas pituitaria y pineal, y
nos confiere el poder de la clarividencia. La vocal E hace vibrar la glándula
tiroides, y nos confiere el poder del oído oculto. La vocal O hace vibrar el
centro del corazón, y nos confiere la intuición. La vocal U nos despierta
el plexo solar, y nos confiere el poder de la telepatía. La vocal A nos
despierta los chacras pulmonares y nos confiere el poder de recordar las
reencarnaciones pasadas. Una hora diaria de vocalización nos abre todos estos
poderes ocultos. Se vocalizarán así: Iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii Eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee Ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa Maria Magdalena se llenó de terror cuando oyó el silbido del foat y escuchó
la palabra Tibo Tibo Tibo, que sentenciaba al Cristo a la tragedia del
Gólgota. María estaba al pie de una muralla cuando escuchó con sus oídos
espirituales la sentencia terrible. Y es que en la eternidad existe un lenguaje
sagrado en que parlamos todos los maestros de la humanidad; esa es la lengua de
oro en que parlan los dioses y los ángeles. Ese es el verbo creador. Talitha cumi, dijo el Cristo cuando verificó un trabajo de resurrección.
Talitha cumi es un mantram para resucitar muertos. Huiracocha dice: “Al que sabe, la palabra de poder; nadie la pronunció,
nadie la pronunciará, sino aquel que lo tiene encarnado”. Es decir, aquel que
ya se realizó a fondo. Veamos algunas palabras del gran verbo de luz: Aibu.- Palabra de saludo Aeodon.- Aflicción Masleim.- Deber Shu Sha Shu.-
Indecoroso, inmodesto, etc. Pitres.- Cañones o vértebras de la columna
dorsal Venarlo.- Venerarlo Presem.- Superior Reidististina.- Reinstituya Equidencias.- Perjuicios. El Cristo enseñó un gran mantram para curar a los enfermos, Ephatha (‘sé
abierto’) para abrir los oídos de los sordos y tartamudos. (Marcos, 7:32-37). Todo este gran verbo de la luz es un lenguaje sublime. Veamos algunas otras
palabras del gran verbo de oro: Andudu Ururu Kuyo Estas tres palabras las pronuncian los profetas en meditación profunda, para
profetizar, y entonces contemplan extáticos el porvenir. Ja.- La caña, o la sagrada caña de nuestra columna espinal. Pa.- Árbol lechoso argentino; simboliza la sangre redentora. Brahame.- Adán-Eva, masculino-femenino, causa de todo lo existente. El verbo de la luz es un verbo infinito, y los dioses lo usan para crear.
Las raíces últimas de todas las lenguas se encuentran en esa gran gramática
cósmica universal, que otrora parlaban los hombres de la Arcadia. Esos eran los
tiempos en que los ríos manaban leche y miel, esa era la época de los
Titanes... “En el principio era el verbo, y el verbo era con Dios, y el verbo era Dios. Éste era en el principio con Dios". Todas las cosas por Él fueron hechas; y sin Él nada de lo que es hecho, fue
hecho. En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz en las tinieblas resplandece: mas las tinieblas no la
comprendieron” (Juan, 1:1-5). Cuando Hadit, nuestra serpiente ígnea, llega a la laringe y recibimos el
grado del “gallo”, entonces parlamos el verbo de oro, y creamos como los
dioses con el poder de la palabra. Por ello dice nuestro Ritual: “Sed tú, oh
Hadit, mi secreto, el misterio gnóstico de mi ser, el punto céntrico de mi
conexión, mi corazón mismo, y florece en mis labios fecundos hecho verbo”. Cuando ya el Kundalini llega a nuestra garganta, florece en nuestros labios
fecundos hecho verbo. Los ángeles pueden crear cualquier cosa con el
pensamiento y materializarla por medio de la palabra. El camino para parlar el
verbo de oro es la magia sexual. Ya el sol de esta tarde se acerca hacia el ocaso y yo sigo encerrado en la
cárcel aguardando la boleta de libertad. El alcalde está de fiesta, y a mí me
toca tener paciencia... Acaba de llegar a tentarme un mago negro encarnado en cuerpo físico. Él
fue el Judas de mi Iniciación. Me entregó un falso mensaje tratando de
extraviarme de la senda, y yo, en tono compasivo, le contesté al mago negro: “Ese
mensaje es para ti, ¡Aplícatelo!” El tenebroso se fue. En estos instantes acaba de llegar el abogado con la boleta de libertad. Yo
recibí la boleta fría y serenamente, y me despedí de los gendarmes; así
finalizó el día de hoy. Me dirigí a mi casa y allí encontré al frater Julio y a
muchos otros hermanos espiritualistas que alegres me recibieron y me
estrecharon. Hijos de Acuario, ahora voy a contaros lo que eran los espiritualistas del
siglo XX. Toda una horda de pseudosapientes se disputaban la supremacía más abyecta y
abominable que haya conocido la historia del mundo. Diariamente se fundaban
nuevas escuelas que hacían las promesas más halagadoras, y que realmente no
tenían en el fondo más objetivo que los portamonedas. Rojistas, teosofistas,
rosacrucistas, espiritistas, cherencistas. tentistas de Capirote (y roscas
similares en cada país), y sus más infinitas variedades de aromas y matices, se
trababan en una lucha terrible por la supremacía, dentro de la más enconada
competencia que nunca jamás antes se había conocido entre la mercadería de
almas. Por donde quiera aparecían constantemente innumerables impostores, fingidos
maestros y hasta avataras. Todos ellos asumían las poses pietistas más
variadas, y pronunciaban las más elocuentes conferencias que centenares de
mentecatos aplaudían llenos de loco frenesí. Esos eran los espiritualistas del
siglo XX. ¿Qué estudiaban? Teorías. ¿Qué leían? Teorías. ¿Qué sabían? Teorías. Todos ellos estaban llenos de fornicaciones, adulterios, y cuando yo, Aun Weor, los invitaba a la castidad y les enseñaba la poderosa sabiduría de la
culebra sagrada, entonces, llenos de miedo, me contestaban que la castidad
científica era un imposible, y así ni entraban ellos al Edén, ni dejaban entrar
a los demás. Esos eran los espiritualistas del siglo XX. Todos ellos rechazaban los mensajes de los mundos superiores, y sólo se
aplicaban a aquellas escuelas que les permitiesen fornicar. Esas gentes ni
veían ni oían, ni entendían el lenguaje de la luz, y sólo sabían discutir
teorías y más teorías. Esos eran los espiritualistas del siglo XX. Cuando yo, Aun Weor, comprendí el orgullo y vanidad de aquellas
gentes, le di la espalda a esas camarillas de santurrones, y me fui con los
hijos del pueblo. Me fui con los humildes, con los sencillos, con los pobres
parias de la vida, con los hijos del pueblo; ese pueblo torturado, ese pueblo
abatido y humillado diariamente por los malvados, y lleno de euforia,
exclamé: ¡Señor ¡Señor! ¡Señor! He aquí tu pueblo, tan sencillo y tan sabio como el
signo de Acuario, tan grande como las pirámides de Egipto, tan fogoso y tan
heroico como las gestas revolucionarias de los hijos del fuego. Ahora sí podemos exclamar desde las cumbres del Calvario: Deo juvanti. Hemos hecho una raza de dioses, hemos hecho una raza de
héroes, una nueva progenie de ángeles. ¡Guerreros, a la batalla! Que la paz sea con la Humanidad entera. Aun Weor. Hoy he estado meditando en la sabiduría de la Serpiente. Realmente Max Heindel escribió libros que hoy resultan anticuados. El concepto rosacruz del Cosmos no le sirve a nadie. Páginas y páginas enteras, llenas de teorías y más teorías que no llegan a
ninguna conclusión práctica. Cosmogonías ampulosas y nada de realizaciones efectivas; ese es el
misticismo heindelista. Max Heindel no llegó a ser maestro de Misterios
Mayores, y hoy esas obras ya no sirven para nada. Hay que ser práctico, querido lector; no más teorías, no más vaguedades. El hombre necesita convertirse en el Dragón de la Sabiduría, y todo el poder
reside en la Serpiente Sagrada. La redención reside exclusivamente en el acto sexual. En lugar de estar teorizando, es mejor tener una buena hembra, y practicar
magia sexual diariamente. El hombre tiene siete cuerpos, y cada cuerpo tiene su Kundalini propio, su Serpiente sagrada... Los siete cuerpos vienen, pues, a ser las siete escamas de
nuestras siete Culebras ígneas. El que quiere convertirse en un dios omnipotente del Universo, tiene que
libertar a sus siete serpientes de sus escamas... Entonces nos convertimos en
Dragones de la Sabiduría... El dragón es el animal pictórico más perfecto,
porque puede vivir en la tierra, en el agua, en el aire y en el fuego... Un
Dragón de la Sabiduría es un dios del Universo. Un Dragón de la Sabiduría tiene
siete lenguas de fuego... siete Serpientes ígneas... Nosotros, pues, tenemos siete serpientes que forman dos grupos de a tres, con
la séptima culebra, que como Corona Sagrada nos une a la Ley y al Padre. El que quiera unirse con el Padre, tiene que vibrar al unísono con la Gran
Madre Naturaleza. Abandonar la vida urbana y la vida artificiosa, y volver al
seno de la bendita Diosa Madre del Mundo. Practicar Magia sexual intensamente,
y subir los siete escalones ardientes... ¡Hombres de genio, no tengáis más hijos! Que vuestros hijos sean vuestros
libros, y que éstos sean fortalezas de sangre y fuego ante el veredicto solemne
de la conciencia pública. ¡Convertíos en superhombres! ¡Convertíos en Dragones
del Fuego! ¡Convertíos en omnipotencias solemnes del Universo, y no entreguéis
vuestras cabezas ante los tiranos! Nosotros, los Leones de la Ley, os
aguardamos desde la otra orilla... Ya fuisteis hombres, ahora volveos
ángeles. Todo el secreto de vuestra redención reside en el acto sexual, y en la
sabiduría de la Serpiente. ¡A la batalla!... ¡A la batalla!... ¡A la batalla!... Que la paz sea con la Humanidad entera. Aun Weor Este libro, que versa sobre la Sabiduría del Fuego, fue sacado de entre las
llamas, y por ello lleva la marca del fuego en el borde de sus paginas. Así convienen las cosas... Es muy interesante, que un libro que trate sobre el Fuego, lleve la marca
del fuego... Yo lo invito a usted, querido hermano lector, a penetrar en la poderosa
Sabiduría ígnea. Yo lo invito a usted, querido hermano lector, a penetrar en las
esferas ardientes de los Dragones del Fuego. 27 de Mayo 1952. He terminado este libro de apuntes aquí en mi Sanctum de Meditación. Millones de libros se habían escrito en el mundo, y en materia de Filosofía
del Fuego algunos centenares. Ayer tarde estuve ojeando «Los Signos del Agni-Yoga». Da dolor leer obras tan vagas que a nadie sirven. «Los Signos del Agni-Yoga» encierra la sabiduría del Fuego, pero ¡Qué
vaguedades!... Yo no sé por qué esos autores esconden tanto la verdad del sexo. ¡Qué
crueldad con la pobre humanidad doliente! ¡Qué falta de caridad!... Las
vaguedades del libro titulado «Mundo Ardiente», no le sirven a nadie. A mí me
gusta hablar las cosas claras. Al pan, pan; y al vino, vino. La redención del hombre reside exclusivamente en el acto sexual. Todo el
poder del Cáliz y de las Alas Ígneas, y de la Serpiente, reside en la siguiente
clave: “Introducir el pene en la vagina de la nujer y retirarlo sin derramar una
sola gota del precioso líquido”. En esta clave de la magia-sexual, reside la clave de todos los poderes y de
todas las Iniciaciones. El Nirvana lo tenemos en los testículos, y el que quiera llegar a la Alta
Iniciación, tiene que tener una buena hembra y ser bien macho... No mas teorías, no más vaguedades, no más majaderías; los hombres se
hicieron para las mujeres, y las mujeres para los hombres; aquí hablo en
castellano macizo para que me entiendan. Yo quiero que mis discípulos lleguen hasta el Altar de la Iniciación con el
miembro viril del macho bien erecto, porque para llegar a la Alta
Iniciación, se necesita ser bien macho. El Kundalini sólo pueden despertarlo los hombres bien hombres, y las mujeres
bien hembras. Todos los libros de Ocultismo que se han escrito en el mundo, ya
están anticuados y ya no sirven para nada. Yo, Aun Weor, el gran Avatara
de Acuario, le he entregado a la humanidad el mensaje más grande de todos los
siglos. Si los imbéciles quieren reírse, que se rían, eso a mi no me importa. Ahora estamos hablando claro, porque este es el momento más grave de la
historia del mundo. En Colombia ha habido dos clases de espiritualismo. El de
antes del nueve de Abril de 1948, y el de Aun Weor, que comenzó el 9 de
Abril de 1948, cuando todas las “gallinas” del Rosacrucismo, Teosofismo y del
Espiritismo, huían despavoridas... Pino, Rojas y Cherenzi, formaron la farsa aquella del falso Kout-Humi, que
tanto desacreditó al espiritualismo colombiano. El aula de Pino en Cali fabricó
al falso Mesías, Israel Rojas, el precursor del mago negro Cherenzi, llenaban
sus bolsillos con el dinero de sus parroquianos... Ese fue el espiritualismo
que precedió al 9 de Abril. Yo, Aun Weor, tengo el honor de haber acabado
con esas farsas. Ahora estamos los Gnósticos de Colombia en nuestras
trincheras de guerra. ¡A la batalla! ¡A la batalla! ¡A la batalla! Aun Weor Fin de «Apuntes Secretos de un Gurú»
25 de febrero 1952
26 de febrero 1952.
27 de febrero 1952.
28 febrero 1952.
1 de marzo 1952.
2 de marzo 1952.
8 de marzo 1952.
12 de marzo 1952.
Misa Gnóstica
El Santo Sacrificio
14 de marzo 1952.
15 de marzo 1952.
16 de marzo 1952.
17 de marzo 1952.
18 de marzo 1952.
19 de marzo 1952.
Lo que eran los Espiritualistas del siglo XX
9 de Mayo 1952Santuario de la Sierra Nevada de Santa Marta
Observación
Conclusión
Santuario Gnóstico de la Sierra Nevada de Santa Marta.
[1] Los términos “Yo divino, Yo superior; Yo humano, Yo animal” fueron utilizados por el Maestro en sus primeros libros para aludir a la parte espiritual y humana del hombre. Posteriormente sólo utilizó los términos “Ser” y “Ego (Yo)” respectivamente. (Ver «Tratado de Psicología Revolucionaria» del maestro Samael Aun Weor).