CURSO DE GNOSIS

A06.- EL RAYO DE LA MUERTE

LOS TRES CEREBROS

El rayo de la muerte reduce al hombre a una simple quintaesencia molecular. Así como una tonelada de flores puede reducirse a una simple gota de perfume esencial, la energía de la muerte, por ser tan fuerte, destruye totalmente el organismo humano.

Es una corriente de tan altísimo voltaje, que inevitablemente destruye al organismo cuando llega a circular por éste.

Así como un rayo puede despedazar un árbol, así también el rayo de la muerte reduce a cenizas el cuerpo humano. Es el único tipo de energía que el organismo no puede resistir.

Este rayo conecta la muerte con la concepción, los dos extremos se tocan. Cuando la esencia se desprende del viejo cuerpo bajo el impacto terrible del rayo de la muerte, se produce una tensión eléctrica tremenda a una nota clave, cuyo resultado axiomático es el movimiento y combinación de los genes determinantes del futuro cuerpo físico.

Así es como los sutiles constituyentes del huevo fecundo, se acomodan en disposición correspondiente, teniendo como base la tensión eléctrica y la nota clave de la muerte.

Los ángeles de la muerte cortan el hilo de la vida en su día y hora, de acuerdo con la sabia ley del destino.

Tres cosas van al panteón o cementerio:

1º) El cadáver físico.

2º) El cuerpo vital o lingam sarira. Éste se escapa del cuerpo físico con la última exhalación. Tal vehículo flota ante el sepulcro y se va descomponiendo lentamente a medida que el cuerpo físico se desintegra.

3º) La expersonalidad. Ésta, indiscutiblemente, puede a veces escaparse de entre la tumba y ambular por el panteón o dirigirse a algunos lugares que le son familiares. No hay duda de que la expersonalidad se disuelve lentamente a través del tiempo. No existe ningún mañana para la personalidad del muerto, ésta en sí misma es perecedera.

Aquello que continúa, aquello que no va al sepulcro es el EGO, el mí mismo, el sí mismo.

La muerte en sí misma es una resta de quebrados; terminada la operación matemática sólo quedan los valores. Obviamente, las sumas de valores se atraen y repelen de acuerdo con la ley de imantación universal, flotan en la atmósfera del mundo.

La eternidad abre sus fauces para tragarse al EGO y luego lo expele, lo arroja, lo devuelve al tiempo.

Se nos ha dicho que en el instante preciso de la muerte, en el momento en que el difunto exhala su postrer aliento, proyecta un diseño electro-psíquico de su personalidad. Tal diseño continúa en las regiones suprasensibles de la naturaleza y más tarde viene a saturar el huevo fecundado. Así es como al retornar, al regresar, al reincorporarse en un nuevo cuerpo físico, venimos a poseer características personales muy similares a las de la vida anterior.

Eso que cortinúa después de la muerte no es, pues, algo muy hermoso. Aquello que no es destruido con el cuerpo físico no es más que un montón de diablos, de agregados psíquicos, de defectos.

Lo único decente que existe en el fondo de todas esas entidades cavernarias que constituyen el EGO, es la ESENCIA, la Psiquis, eso que tenemos de ALMA.

Al regresar a un nuevo vehículo físico, entra en acción la Ley del Karma, pues no existe efecto sin causa, ni causa sin efecto.

Los ángeles de la vida se encargan de conectar el cordón de plata con el zoospermo fecundante. Incuestionablemente, muchos millones de zoospermos se escapan en el instante de la cópula, mas sólo uno de ellos goza del poder suficiente para penetrar en el óvulo a fin de realizar la concepción.

Esta fuerza de tipo muy especial no es un producto del acaso o del azar. Lo que sucede es que está impulsado desde dentro en su energetismo íntimo por el ángel de la vida, que en tales instantes realiza la conexión de la esencia que retorna. La esencia viene a quedar, pues, conectada con la célula germinal por medio del cordón de plata.

El desencarnado, aquel que se prepara para tomar un nuevo cuerpo físico, no penetra en el feto. Sólo viene a reincorporarse en el instante en que la criatura nace, en el momento preciso en que realiza la primera inhalación. Muy interesante resulta que con el postrer aliento del moribundo viene la desencarnación y que con la primera inhalación reingresamos a un nuevo organismo.

En el momento de la muerte revivimos la vida en forma retrospectiva bajo la descarga electrónica, pero en forma muy rápida y terrible (primer juicio). En el mundo molecular (4ª dimensión) volvemos a revivir nuestra vida que acaba de pasar en forma mucho más lenta, porque el tiempo en el mundo molecular es más lento que en el mundo electrónico (dimensiones superiores). El juicio final (3º) es el que decide la suerte de los desencarnados.

Terminado el trabajo retrospectivo, tenemos que presentarnos ante los tribunales del KARMA. En dichos tribunales tenemos que responder cargos. La sentencia de los jueces es definitiva.

El juicio final divide a los desencarnados en tres grupos:

1º) Los que retornan inmediatamente.

2º) Los que suben a los estados paradisíacos y celestes y que retornan mucho tiempo despues.

3º) Los que entran en el reino mineral sumergido (infierno) .

Es completamente absurdo afirmar que uno escoge en forma voluntaria el lugar donde debe nacer o renacer. La realidad es muy diferente. Son precisamente los Señores de la Ley, los agentes del KARMA, quienes seleccionan para nosotros el sitio exacto, hogar, familia, nación, etc., donde debemos reincorporarnos, retornar.

Si el EGO pudiera escoger el sitio, lugar o familia, etc., para su nueva reincorporación, entonces los ambiciosos, orgullosos, avaros, codiciosos, buscarían los palacios, las casas de los millonarios, las ricas mansiones, los lechos de rosas y de plumas y el mundo sería todo riqueza y suntuosidad. No habría pobres, no existiría el dolor y la amargura, nadie pagaría KARMA, todos podríamos cometer los peores delitos sin que la justicia celestial nos alcanzara, etc,etc,etc.

La cruda realidad de los hechos es que el EGO no tiene derecho para escoger el lugar o familia donde debe nacer. Cada uno de nosotros tiene que pagar lo que debe. Escrito está que el que siembra rayos cosechará tempestades. Ley es ley y se cumple.

Lo que hay más allá del sepulcro es algo que solamente pueden conocer los hombres despiertos, aquellos que ya disolvieron el ego, la gente verdaderamente autoconsciente.

Es lamentable el estado en que se encuentran los difuntos. Parecen sonámbulos, tienen la conciencia completamente dormida, ambulan por todas partes y creen firmemente que están vivos, ignoran su muerte.

Hablando sinceramente y con el corazón en la mano, puedo decirles lo siguiente: los difuntos viven normalmente en el LIMBO, en la antesala del infierno, en la región de los muertos, astral inferior.

Samael Aun Weor


El Rayo de la Muerte


LOS TRES CEREBROS

La psicología revolucionaria de la nueva era afirma que la máquina orgánica del animal intelectual, falsamente llamado hombre, existe en forma tricentrada o tricerebrada.

El primer cerebro está encerrado en la caja craneana. El segundo cerebro corresponde concretamente a la espina dorsal con la médula central y todos sus ramos nerviosos. El tercer cerebro no reside en un lugar definido ni tampoco en un órgano determinado. Realmente el tercer cerebro está constituido por los plexos nerviosos simpáticos y en general por todos los centros nerviosos especifícos del organismo humano.

El primer cerebro es el centro pensante. El segundo cerebro es el centro del movimiento, comunmente denominado centro motor. El tercer cerebro es el centro emocional.

Está completamente demostrado en la práctica que todo abuso del centro pensante produce gasto excesivo de energía intelectual. Es pues lógico afirmar sin temor a dudas que los manicomios son verdaderos cementerios de muertos intelectuales.

Los deportes armoniosos y equilibrados son útiles para el cerebro motor, pero el abuso del deporte significa gasto excesivo de energías motrices y el resultado suele ser desastroso. No es absurdo afirmar que existen muertos del cerebro motor. Dichos muertos son conocidos por enfermos de hemiplejia, paraplejía, parálisis progresiva, etc.

El sentido estético, la mística, el éxtasis, la música superior son necesarios para cultivar el centro emocional, pero el abuso de dicho cerebro produce desgaste inútil y derroche de energías emocionales. Abusan del cerebro emocional los existencialistas de la nueva ola, los fanáticos del rock, los pseudoartistas sensuales del arte moderno, los pasionarios morbosos de la sensualidad, etc, etc,etc.

Aún cuando pareza increíble, la muerte ciertamente se procesa por tercios en cada persona. Ya está comprobado hasta la saciedad que toda enfermedad tiene su base en cualquiera de los tres cerebros.

La Gran Ley ha depositado sabiamente en cada uno de los tres cerebros del animal intelectual determinado capital de VALORES VITALES. Ahorrar dicho capital significa de hecho alargar la vida, malgastar dicho capital produce la muerte.

Arcaicas tradiciones, que han llegado hasta nosotros desde la noche aterradora de los siglos, afirman que el promedio de vida humana del antiguo continente MU, situado en el Océano Pacífico, oscilaba entre doce y quince siglos.

Con el devenir de los siglos a través de todas las edades, el uso equivocado de los tres cerebros fue acortando la vida poco a poco.

En el país asoleado de KEM, allá en el viejo Egipto de los faraones, el promedio de vida humana alcanzaba ya únicamente a ciento cuarenta años.

Actualmente, en estos tiempos modernos de gasolina y celuloide, en esta época de existencialismo y rebeldes del rock, el promedio de la vida humana, según algunas compañías de seguros, es de apenas cincuenta años.

En el centro de Asia existe una comunidad religiosa constituida por ancianos que ya ni recuerdan su juventud. El promedio de vida de esos ancianos oscila entre cuatrocientos y quinientos años. Todo el secreto de larga vida de estos monjes asiáticos consiste en el sabio uso de los tres cerebros.

El funcionalismo equilibrado y armonioso de los tres cerebros significa ahorro de los valores vitales y, como lógica secuencia, prolongación de la vida.

Existe una ley cósmica conocida como "Igualación de las vibraciones de muchas fuentes". Los monjes de dicho monasterio saben utilizar dicha ley mediante el uso de los tres cerebros.

La pedagogía extemporánea conduce a los alumnos y alumnas al abuso del cerebro pensante cuyos resultados ya conoce la psiquiatría.

El cultivo inteligente de los tres cerebros es educación fundamental. En las antiguas escuelas de misterios de Babilonia, Grecia, India, Persia, Egipto, etc.. los alumnos y las alumnas recibían información íntegra, directa para sus tres cerebros mediante el precepto, la danza, la música, etc., inteligentemente combinados.

Los teatros de los antiguos templos formaban parte de la escuela. El drama, la comedia, la tragedia, combinados con la mímica especial, la música, la enseñanza oral, etc., servían para informar a los tres cerebros de cada individuo.

Entonces los estudiantes no abusaban del cerebro pensante y sabían usar con inteligencia y en forma equilibrada sus tres cerebros.

Las danzas de los misterios de Eleusis en Grecia, el teatro en Babilonia, la escultura en Grecia fueron siempre utilizados para transmitir conocimientos a los discípulos y discípulas.

Ahora, en estos tiempos degenerados del rock, los alumnos y alumnas confundidos y desorientados andan por la senda tenebrosa del abuso mental.

Actualmente no existen verdaderos sistemas creadores para el armonioso cultivo de los tres cerebros.

Los maestros y maestras de escuelas, colegios y universidades, sólo se dirigen a la memoria infiel de los aburridos estudiantes, que esperan con ansiedad la hora de salir del aula.

Es urgente, es indispensable saber combinar intelecto, movimiento y emoción con el propósito de llevar información íntegra a los tres cerebros de los estudiantes.

Resulta absurdo informar a un solo cerebro. El primer cerebro no es el único de cognición. Resulta criminoso abusar del cerebro pensante de los alumnos y alumnas.

La EDUCACIÓN FUNDAMENTAL deberá conducir a los estudiantes por la senda del desarrollo armonioso.

La psicología revolucionaria enseña claramente que los tres cerebros tienen tres clases de asociaciones independientes, totalmente distintas. Estas tres clases de asociaciones evocan diferentes tipos de impulsos del Ser.

Esto nos da de hecho tres personalidades diferentes, que no poseen nada en común ni en su naturaleza ni en sus manifestaciones.

La psicología revolucionaria de la nueva era enseña que en cada persona existen tres aspectos psicológicos distintos. Con una parte de la esencia psíquica deseamos una cosa, con otra parte deseamos algo decididamente diferente y gracias a la tercera parte hacemos algo totalmente opuesto.

En un instante de supremo dolor, tal vez la pérdida de un ser querido o cualquier otra catástrofe íntima, la personalidad emocional llega hasta la desesperación, mientras la personalidad intelectual se pregunta el por qué de toda esa tragedia, y la personalidad del movimiento sólo quiere huir de la escena,

Estas tres personalidades distintas, diferentes y muchas veces hasta contradictorias, deben ser inteligentemente cultivadas e instruidas con métodos y sistemas especiales en todas las escuelas, colegios y universidades. Desde el punto de vida psicológico resulta absurdo educar exclusivamente la personalidad intelectual. El hombre tiene tres personalidades que necesitan urgentemente la EDUCACIÓN FUNDAMENTAL.

Samael Aun Weor

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